domingo, 27 de marzo de 2016

El Bailarín solitario- Filminuto



SE camina por ahí, con modorra, cuando aparece la sangre del poeta, el alucinado , el solitario que anda en lo suyo, que no le importa lo que pase alrededor. Entonces se obtura la cámara para que al solitario no se lo coma el olvido.  De la serie: “Cosas que suceden en mi ciudad

sábado, 26 de marzo de 2016

"El Sacrificio de Peón" o el match Spassky- Fischer



MI PARTICULAR MATCH SPASSKY- FISCHER


 En aquel barrio de casas de madera el ajedrez era un exotismo. Apenas juegan dos? Sentados? Moviendo fichas? En la barriada pobre, el niño que no jugara futbol se encontraba bajo sospecha. El ajedrez o cualquier cosa que se le pareciera, era una cosa para debiluchos, desadaptados y cabezones.

Mi padre era un comunista disciplinado de manera que en casa solo había  aplausos para los osos siberianos. A los soviéticos se les perdonaba todo. Los crímenes de Stalin eran inventos de la prensa aliada y los Gulags eran delirios de escritores sin oficio. 

En esas circunstancias, Fischer se convirtió en mi primer ídolo de carne y hueso. El club de fans se reducía a tres miembros en aquella escuelita pública (Holguín,  Loaiza  y yo). A mí me tocaba más duro porque lo admiraba en silencio. Confesarlo públicamente  me habría llevado a  la hoguera.

En un mundo en blanco y negro donde la televisión se proyectaba en sombras chinescas y los periódicos circulaban en el centro de la ciudad, solo quedaba la radio como aliada de las noticias. El gran Bobby perdió en el debut y no se presentó a la segunda. Mi padre aplaudía,  yo lloraba. Que le pasaba a mi héroe? Se le había fundido la sesera al quijote yanqui?

Todo el mundo especulaba. Pero lo lindo de la historia es que por primera vez un ajedrecista era noticia de primera plana, en un mundo dominado por boxeadores y futbolistas.

Que Bobby se enloqueció,  que los rusos le mandaron radiaciones, que un mentalista espía le había enviado una especie de mal de ojo para perturbarlo.  En la guerra fría todo era posible.

- “Los rusos son la suprema inteligencia- decía el director del Partido Comunista del barrio - mire nomás como derrotaron a Hitler y como llegaron a la luna”

Nosotros desconcertados: Y el hombre nuclear? Y los protagonistas de la seriedimensión desconocida”? No pueden hacer nada?  Rescatar a Bobby de las garras comunistas?.

 Fischer se ganó la chapa de avaro porque pidió que se aumentara la bolsa. La radio avisó que un ricachón británico había generosamente donado el resto de la plata. “Si ven?- volvió a anotar el jefe del Partido- Spassky juega por amor a la patria, al gringo solo le interesa el billete”

Finalmente el premio quedó en 250.000 dólares, una bicoca si la comparamos con los 2.5 millones de dólares de la pelea Ali-Frazier . Las noticias no eran alentadoras, pero cuando se reanudó el juego y la radio informó que el ruso se había puesto de pie para aplaudir la combinación genial del gringo, nosotros entramos en delirio. Los comunistas no lo tomaron como un gesto de caballeros sino como una afrenta:

-      - Para el camión y a Siberia , con ese payaso!!! - Gritó el jefe del Partido.
Fischer había inaugurado la era viral. Lo había logrado sin ser rock star, ni guerrillo, ni futbolista, ni milico. Solo contra el mundo y no es una exageración: solo contra el imperio ruso, solo contra los judíos (siendo él mismo semita), solo contra la Federación de Ajedrez, solo contra sí mismo.

sábado, 19 de marzo de 2016

El Soborno del Cielo de Lisandro Duque


  Por. Alberto Ramos Garbiras (*)

  A esta película se le está reseñando como una comedia dramática por la tragedia que vive la familia Zapata a partir del suicidio de Aymer, el mayor de los hermanos. En mi concepto es una película en la categoría de comedia-político-satírica bañada por el humor negro desde el principio hasta el fin. Maneja dos discursos paralelos, 1) el político,  expresado por las percepciones de militantes o simpatizantes de  izquierda en los años 60s, desde un pueblo inconformes con la situación del país; 2) el discurso religioso, impregnado en la conducta de los habitantes de un municipio como Sevilla (Valle), donde la religión católica mayoritaria ubicaba al párroco como personalidad al lado de las autoridades urbanas; pero filmada en Honda (podría ser cualquier otro municipio de Colombia en la sexta década del siglo XX).

  El eje del guion es la intransigencia religiosa, las posturas rígidas que han hecho anquilosar a la iglesia católica por no flexibilizar sus criterios y tratar de obligar a los feligreses a acatar lo que se vuelve obsoleto ante la dinámica de la sociedad que cambia con el  paso de los años. En la trama de la película la víctima de la intransigencia, paradójicamente, es una familia católica que recibe ese mismo día la unción de la ceniza y se preparan a participar de la Semana Santa, pero el suicidio del hijo mayor los coloca en la confrontación que hará participar a gran parte de la población por los efectos colaterales que tiene no impartir los sacramentos (bautismo, confirmación matrimonio, eucaristía, penitencia, orden y extremaunción),al declarar en entredicho a esa parroquia, es decir cesar las actividades, hasta que retiren el cadáver a otro cementerio. En la práctica un auto-paro anunciado por el cura párroco para que la comunidad presione a la familia a acatarlo.

  Aparentemente un tema que no produciría una conmoción social porque se refiere a una sola familia pero en la película adquiere una dimensión general y se convierte en una situación compleja para todo el pueblo y en un bumerang para el mismo cura medioeval porque se queda sin ingresos, limosnas, clientela, la semana santa puede paralizarse y comienzan los mercachifles a aflorar con turismo religioso, matrimonios en parroquias vecinas, bautizos, y llegan los pastores de otras iglesias a captar adeptos. Es una comedia con un humor refinado que retrata la vida social a partir de un hecho multiplicado en una serie de subhechos que devienen de esa decisión. El acierto fue convertir un hecho aislado en un asunto colectivo, en un problema social atravesado por la conciencia religiosa.

  Lisandro Duque ha decantado aquí su carga humorística y ha elaborado un manifiesto o proclama anticlerical para romper las taras que atan a la gente con lo extraterrenal, los que pretenden ganar el cielo acatando la catequésis y los sermones. El soborno del Cielo es un análisis detallado del suicidio y sus consecuencias. El guion disecciona en cada secuencia las implicaciones del suicidio desde diferentes ángulos. Su relación con la moral, la religión, los derechos humanos, la vergüenza que se cierne sobre los familiares de los determinadores y la carga emocional  que lleva a construcciones argumentales falaces hasta a los discursos incendiarios, por haber suprimido la existencia que solo Dios podía autorizar, según la frase sentenciosa de los curas ultramontanos.

    Tiene un tinte anticlerical que nos retrotrae al cine del director aragonés Luís Buñuel, con sarcasmos contundentes y frases corrosivas. Los diálogos del sacerdote (Germán Jaramillo), están cargados de frases fanáticas ´para defender una posición ideológica extrema con una interpretación que no da cabida a la conciliación para permitir la permanencia del cadáver en el cementerio católico, sus interlocutores tratan de persuadirlo hasta con una fórmula de transacción de algunos sacramentos. El Cura los elude y el clima tenso crece. Por fuera de la casa cural los ataques de los dolientes son directos para llevar la confrontación desde la acusación de simonía en el entierro inconsulto, pasando por la confección de una lista de suicidas apócrifos, hasta el soliloquio resaltando la construcción de una república atea.

   El Director Lisandro Duque Naranjo, logró una película de narración y factura impecable. En todas sus películas ha destilado porciones de humor (Visa USA, Los niños Invisibles, Los actores del Conflicto…), pero con esta realización se concentra para hacer reír sin tregua al espectador. Se basa en una historia real y podría ser un reflejo del cine neorrealista de los años 50s por la ambientación en exteriores y con interiores de época. Utiliza expresiones y acciones sardónicas a la manera del cine satírico italiano de los años 70s. Montada por Ramiro Fierro, con una edición reposada  con cortes y empalmes exactos para narrar sin sobresaltos a la manera del cine francés intimista. Y tiene una escena de suspenso y expectación a la manera de Hitchcock, en el parque del pueblo frente a la iglesia, cuando se va a leer la lista de los suicidas que también deberían abandonar el cementerio católico; los primeros planos de los rostros de los familiares y la música, hacen pensar en el cine de Alfred Hitchcock, como en la película, “treinta y nueve escalones”. Y tiene El Soborno del Cielo  un plano corto con un desnudo imaginario al estilo de Bruno Barreto en “Doña Flor y sus dos Maridos”. Es la mejor comedia del cine colombiano producida hasta hoy. Es una película sobre religión, política y unas dosis de sexo insinuado no explícito, con la coquetería de la actriz (Nicole Quintero) y las frases libidinosas de los dos amigos sobre ella y acerca de la peluquera (Milady Dau), y la picante escena dentro de la peluquería donde el sacerdote se encuentra al punto del éxtasis, pero se contiene por guardar las apariencias.
   La película tiene actualidad. El film que ganó el Oscar a mejor película, “Primera Plana”,  se centra en la religión y la conducta indecorosa de curas pederastas. De otro lado, las posiciones religiosas extremas, radicales o fundamentalistas siguen vigentes en el planeta tierra, lo vemos con el fundamentalismo islámico que lleva a algunos al terrorismo; las teocracias coránicas en algunos países donde gobiernan a partir del libro sagrado y no de la Constitución, y hasta en la campaña presidencial de los EEUU con pastores incendiarios como Ted Cruz. En Colombia los privilegios a la iglesia católica se disminuyeron con la constitución del 91 pero la mal entendida libertad de cultos ha llevado a una explosión de iglesias  con telepastores, embustes y la presión por los diezmos. El papa Francisco quiere modernizar la iglesia pero muchos lastres permanecen como dogma de fe. El Soborno del Cielo sirve para reflexionar sobre lo caduco de esos dogmas y la necesidad de la renovación del discurso y las liturgias.

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 (*) el autor de este comentario se desempeñó como  crítico de cine del periódico El País durante 10 años; realizó estudios de historia del cine en Suecia(1982) y edición cinematográfica en España (1983), becado por FOCINE.