Sentí mucha nostalgia cuando el chico del trapo rojo me dijo: "El parqueadero es por esa puerta". "Esa puerta" resultó siendo el Teatro El Cid. Fui por primera vez cuando tenía 7 años de edad. Mi papá estaba preocupado porque veíamos películas del oeste fachongas, fachongas. La verdad es que las películas de John Ford eran obras maestras sin discusión pero tenían un veneno ideológico que mi hermano y yo aún no habíamos detectado.
Mi viejo, se dio a la
tarea de gastarse un dineral viajando en Verde Bretaña ruta 4 , luego comprando
esa boleta carísima e invitándonos a engullir crispetas con gasimba. ¿Y cuál
era el afán de verla en teatro de primera clase? Pues que en el sindicato del
cucho la pusieron de tarea, para que viéramos como fue realmente la conquista
de América. Fue la primera película que vi de un director que adoro: Arthur
Penn. La promocionaban como la gran superproducción de Hollywood.
Los dos grandes críticos
de entonces opinaron así:
Vincent Canby : "Una
película importante de uno de nuestros directores más interesantes (...)
Hoffman está bien, al igual que el resto del enorme reparto"
Y Roger Ebert : "Tremendamente entretenida (...) Nos permite saborear a la nación
Cheyenne antes de que los hombres blancos trajeran la incivilización al
Oeste"
Gracias al maestro
Arthur Penn entramos de lleno al western revisionista, el que contaba cómo fue
la barbarie. Ya el gordo John Wayne no nos descrestaba con sus desplantes
republicanos.
Pero la nostalgia de
ver mi teatro convertido en parqueadero iba por otro lado, cuando empecé a
escribir este texto. Tiempo después trabajé en el Teatro El Cid. Digo, trabajé
porque lo alquilábamos para las funciones del sábado al mediodía. Y me puse a
escarbar la historia.
El proyeccionista del
teatro Calima (donde funcionamos con el cine club Cine Ojo) era un negro de dos
metros, curtido por los proyectores, que solía contar anécdotas de primera
mano. Hacia 1960, la empresa Cine Colombia quería tener un teatro a la altura
de los mejores del mundo. En el terreno de la carrera quinta entre calles 9 y
10, se inició la obra. Un año después el teatro estaba listo, pero no se ponían
de acuerdo con el nombre. Unos proponían teatro Cine Colombia para hacer honor
a la empresa, otros Gran teatro de Cali. El caso es que llegó el día de la
inauguración y nada de bautizo. Estreno a todo taco de la película "El
Cid" protagonizada por Sofía Loren y Charlton Heston. Duró 13
meses en cartelera y Bolívar Mosquera (
el proyeccionista de dos metros de altura) solía contar que se la aprendió de
memoria tal cual Alfredo en "Cinema paradiso".
Nunca tuvo aviso como
los demás teatros de Cali, la gente terminó bautizándolo con el nombre de la película.
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