jueves, 25 de septiembre de 2008

El ELOGIO DEL CINE MALO

Los amantes del cine malo suelen explicar una diferencia básica: hay cine malo (a secas) y cine poéticamente malo. Dentro de la primera categoría encontramos la basura industrial que se produce a diario y que no podríamos enumerar aquí por falta de espacio.
Hay películas, en cambio, inolvidablemente malas. Los norteamericanos sacan pecho cada vez que les tocan el tema reivindicando a Ed Wood, el decano de los directores malos, considerado el peor director de la historia. Los españoles reviran y proponen a Jesús Franco como el rey de los perversos.
Los colombianos terciamos en el debate y anotamos, con mucho orgullo, a Jairo Pinilla, Para más señas, caleño. Autor de verdaderas cumbres borrascosas: “27 horas con la muerte”, “El cigarro asesino”, “Funeral siniestro”…

Para complacer a los fans del cine malo se crearon los premios Razzies (o premios Frambuesa) otorgados por la Golden Raspberry Award Foundation y que se dedican a premiar lo peor del año. Inventados por el crítico John Wilson en 1980 ( autor del simpático libro”Todo lo que se lo aprendí en el cine”), los Frambuesa otorgan una estatuilla del tamaño de una pelota de golf cuyo valor aproximado es de 4 dólares y 89 centavos.

El actor mas galardonado ha sido Sylvester Stallone en 6 ocasiones, incluido el apartado especial que hubo en 1999, “peor actor del siglo”. Lo sigue Kevin Costner con 4 .
La actriz que ha ganado más Frambuesas es Madonna con 6 (incluida “peor actriz del siglo”). La siguen de cerca Demmi Moore con 4, Brooke Shields y Bo Derek con 3 cada una.

Hay datos curiosos. Por ejemplo el gran Lawrence Olivier lo ganó en 1982. Y en la edición del 2004, George W. Bush se alzó con el Frambuesa al peor actor gracias a su rutilante aparición en el documental “Fahrenheit 9-11”, su compinche Donald Rumsfeld triunfó como peor actor de reparto.
Para los interesados (nunca es tarde) este año la ganadora absoluta fue “Sé quien me mató” (I Know Who Killed Me) con 7 estatuillas incluida la de peor actriz para Lindsay Lohan. La película que le compitió hombro a hombro fue “Norbit” con tres galardones. Eddie Murphy hizo moñona triunfando en las categorías de peor actor y peor actriz de reparto!!!.

Hay que estar atentos pues el próximo 26 de Diciembre arranca la competencia con la entrega de los formularios a los miembros de la “Academia”. El 21 de Enero del 2009, anuncio de los nominados y el 13 de Febrero, un día antes de la entrega del Premio Oscar, se premian a los nuevos monarcas de la mediocridad. Hagan, pues, sus apuestas que la lista es larga.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Michael Cimino: Director maldito


Informa la Revista Fotogramas que el director Michael Cimino se cambió de sexo. Acto seguido el cronista se pregunta: “Con cuál nombre firmará sus nuevas películas?” .
Investigar la vida de Cimino es fascinante, Porque es un director maldito, al estilo de Erich Von Stroheim o de Orson Welles. Tiene poquísimas películas a su haber (no más de 7 largometrajes). Saltó a la fama cuando su segunda película- “El Francotirador” ( The Deer Hunter) –ganó los premios gordos del Oscar en 1978 ( Mejor película, mejor director). Los estudios, entonces, se rindieron a sus pies y Michael se lanzó a dirigir el que consideraba su proyecto más importante. “Las puertas del cielo ( una especie de Novecento a la americana) se llamó y la debacle fue tal que la productora United Artist se vio obligada a declararse en quiebra. Cimino se gastó el triple de la plata pactada, hasta llegar a la cifra de 44 millones de dólares.
En cuestión de tres años, pasó de ser el nuevo genio de Hollywood a convertirse en el leproso de la industria. Ningún productor le pasaba al teléfono y tuvo que contentarse luego con la floja “El Siciliano, después realizar el remake de “Horas desesperadas” ( con Mickey Rourke y Anthony Hopkins), mas tarde “Manhathan sur”(otra vez con Mickey Rourke) y hace 10 años “Sunchaser” ( con Woody Harrelson). Y aquí fue el retiro definitivo de este director interesante y problemático.
Se refugió en la escritura de novelas y se perdió del panorama cinematográfico hasta que el Festival de Venecia lo desempolvó con homenaje y retrospectiva.
Dicen las malas lenguas que ahora se puso el nombre de Elizabeth pero no hay pruebas concretas, ni declaraciones de Cimino al respecto. La buena noticia es que Cimino (o Elizabeth, la cosa esta en remojo) se propone volver al cine adaptando “La condición humana” de Malraux. Con estos genios nunca se sabe, recordemos a Orson Welles, que no sabía qué hacer con tanto talento e iba por el mundo dejando películas inacabadas.

De todas maneras el chisme sirve de pretexto para volver a ver en DVD “El Francotirador” un maravilloso mano a mano entre Robert De Niro y Cristopher Walken en medio de la locura de Vietnam. Y “Manhathan sur” es un excelente ejercicio de cine negro. Un crítico definió así su obra: “El tema de Michael Cimino es Norteamérica. Norteamérica como utopía, como realidad histórica, como trauma y como pasión individual. Norteamérica como orgullo y como dolor. Como ensueño y como shock

miércoles, 10 de septiembre de 2008

José Saramago va al cine


Desde Cannes pasado estamos impacientes. Nada que estrenan “Ensayo sobre la ceguera” adaptada por el brasilero Fernando Meirelles. Mientras llega, matamos el tiempo volviendo a leer la narrativa certera y sincera del portugués.
Qué pasaría si un día de estos vamos quedando ciegos todos los habitantes de la tierra? Desde Juan Manuel Santos hasta Alfonso Cano, pasando por Uribe Vélez y Chávez Frías. Todos en tinieblas. Natalia Paris y García Márquez, Benedicto y Bin laden. Entonces es saludable recordar al ciego Vittorio Gassman en “Perfume de Mujer”:
- Crees que sufro porque no puedo ver el ocaso y la cúpula de San Pedro? El sexo, los muslos, un buen trasero son la única religión, la única idea política, la verdadera patria del hombre.

Se avanza en la lectura de la novela con la manía, inevitable, de ir poniendo en escena. Un plano general de toda esa horda de ciegos caminando por la avenida, pisando los montoncitos de mierda que no pueden esquivar. O La escena donde un ciego olfatea un chorizo que se come a escondidas la protagonista. Los ciegos que van quedando confinados en el manicomio en cuarentena….
Saramago apela a un recurso efectivo al permitir que solo uno de los personajes pueda ver todo lo que sucede. Gracias a ella es que hay un narrador íntimo que nos cuenta la tragedia por la que atraviesa la humanidad. Y me gusta Julianne Moore como la esposa del oftalmólogo. Uno la ve e inmediatamente piensa en el sufrimiento interior. Ella no carga a la desazón, la desazón la carga a ella. La arrastra.
Ya nos dijeron los medios que Saramago lloró al verla en Cannes. Claro que eso no dice nada. Hasta no ver, no creer. No olvidemos que Mutis dizque lloró en “Ilona llega con la lluvia” y que Gabito se conmovió con “El amor en los tiempos del cólera”. Amargas lágrimas de Petra Von Kant, para no arruinar el estreno.
Pero le damos a Meirelles el beneficio de la duda. Nos gustó mucho “Ciudad de Dios” y “Jardinero fiel” fue todo un desafío del que salió avante. Por ahora quedémonos con algunas frases de la novela:
El sol no nace al mismo tiempo para todos los ciegos muchas veces depende de la finura del oído de cada uno “
No por mucho madrugar se muere más temprano
El ciego y la ciega descansaban ahora, separados ya, uno al lado del otro, pero seguían cogidos de la mano. Eran jóvenes, tal vez novios, fueron al cine y allí se quedaron ciegos, o un azar milagroso los juntó aquí y, siendo así, cómo se reconocieron, vaya por Dios, por la voces hombre, por las voces, que no es solo la voz de la sangre la que no necesita ojos, el amor, que dicen que es ciego, tiene también su palabra que decir

martes, 2 de septiembre de 2008

Transsiberian: El encanto del apellido Anderson


Tres apellidos Anderson dominan el panorama del cine joven norteamericano: Paul Thomas Anderson, Wes Anderson y Brad Anderson. El primero es el menor de los tres y ya probó con creces su talento con cositas como Boogie Nights, Magnolia y, una de las duras de este año, Petróleo Sangriento ( There will be blood).
El segundo es el niño terrible del cine gringo con locuras como Los Fabulosos Tenenbaums y, en el 2008 , con Viaje a Darjeeling.
El tercero nos ocupa hoy. Es una lástima habernos perdido sus dos primeros filmes, alabados por la crítica. Afortunadamente El Maquinista ( 2004) tuvo buena distribución. Y, ahora, Transsiberian (2008). El Maquinista nos mostro a un Christian Bale irreconocible, desfigurado en cuerpo y alma. Se lo carcomía la pena, la angustia y la culpa. No tenía redención alguna. Una brillante puesta en escena, detallista, que además nos traía de vuelta al cine a nuestra amada Jennifer-Jason Leight.
Brad Anderson vuelve y ataca con un thriller trepidante, también lleno de angustia y de culpa pero esta vez al servicio de varios personajes involucrados, incluido el espectador.


Extraños en un tren
Un tren le sirvió a Hitchcock para realizar dos estupendas películas Extraños en un tren y La dama desaparece. El tren como metáfora de la vida. El viaje paralelo hacia lo desconocido. Las estaciones son las pausas, los respiros. Y allí te involucras con gente que no se sabe de dónde viene, ni para donde va. El Transsiberian es el tren que recorre nueve mil kilómetros saliendo desde la China, recorriendo la estepa siberiana y llegando a Moscú. Un reparto impagable a saber: Woody Harrelson, como el marido correcto, Ben Kinsgley como el detective, Eduardo Noriega , como El español..


Transsiberian es completamente transparente en su andar. No hay cartas veladas. Tan claro como la nieve que se derrite junto al ferrocarril. Un guión que no le teme a dar toda la información posible al espectador. Incluso como espectadores sabemos más que los personajes. Sabemos todo. Mas que el detective, mucho más que el marido correcto. Incluso más que la esposa de Woody (que es el personaje que más sabe)
Brad Anderson logra un relato fluido, con un toque Hitchcock pero actualizado. Dinámico tanto en la mirada como en la concepción de los personajes. Es una película tan bien armada que uno podría contarla en su totalidad y no arruinaría su visionaje. Es como contar una novela de Dostowiesky.
Después de las experiencias gratas que nos diera David Fincher (con Seven y La habitación del pánico), da gusto ver este renacer del suspenso a manos de jóvenes como Anderson que combinan un thriller con lo mejor del cine negro y hasta dosis gratificantes de cine de acción.