domingo, 31 de mayo de 2020

MATARIFE, LA SERIE : EL RIGOR, EL RIGOR, EL RIGOR



He hablado con muchas personas sobre la serie “Matarife”. Las criticas van desde un sector de académicos que plantea que le falta rigor, profundidad y pruebas sólidas. Está otro combo a quien no le dice nada nuevo, incluso Salud Hernández, en la revista Semana, descalifica la serie porque su autor es promiscuo.

¿Le falta el rigor de Jean Rouch? ¿La solidez de Wiseman? ¿La poesía de Martha Rodríguez? ¿El sentido del humor de Ospina-Mayolo? ¿La contundencia de Errol Morris? ¿La soltura de Michael Moore? ¿Ser menos promiscuo y más espiritual, digamos, como Terrence Malick y Kim Ki Duk?

KEN LOACH
A “Matarife” la leen por donde no es. El director no tiene nada de los genios nombrados arriba, sencillamente porque el producto es distinto. Su material va por Whatsapps para eludir la censura en caso de que le cierren las puertas. Por lo tanto, maneja un lenguaje que no es del documental clásico, ni el de la ficción clásica. Un formato que combina el archivo, la opinión, el reportaje, el collage, la rabia. Si, la rabia. A Mendoza no le pidas la pausa de Ken Loach. Es un comunicador? Cineasta? Influencer? Filminutero?. Es todo eso y más. Porque el hombre no llegó a “Matarife” después de sesudos estudios de cine en Escuela, ni producto de la cinefilia, ni después de devorarse a los libros teóricos de las vanguardias. El hombre llega como arriban los desplazados a un semáforo: arrinconado por las circunstancias, sacados a plomo de la vereda. Y le tocó bailar con la horrible.
Si. Mendoza se encuentra “arrasado por un insólito destino”
Narrado en primera persona, “Matarife” es una columna de opinión filmada. No leída como se acostumbra ahora. Porque hay montaje, hay lenguaje videográfico, banda sonora, nuevos códigos de la cámara celular. Tampoco le pidas objetividad (palabreja usada según la conveniencia de los dueños del poder) porque el hombre trabaja a partir de una historia que inició en Aerocivil y va para largo. Faltan otros 30 años según el Rasputín del Partido. ¿Que esperaban, la prueba reina del Matarife descuartizando un perrito?
PATRICIO GUZMÁN
El personaje denunciado en “Matarife” tiene suficiente literatura y evidencia como para realizar una serie tipo “La batalla de Chile” o un “Juego de tronos” a la colombiana. Evidencia es lo que sobra. Ahí es donde a Mendoza podemos llamarlo “Autor” porque nadie la podría contar igual. Es denuncia y no dice nada nuevo porque ya todo está en los expedientes y en la literatura. (andan circulando en PDF los 10 libros básicos para entender este despelote la que podríamos llamar “La biblioteca de la infamia”). Y era necesario que alguien con los medios y la valentía lo hiciera. ¿Qué es un panfleto? Por supuesto, como lo puede ser el cine de denuncia de Ken Loach, de Michael Moore y de Pato Guzmán. 

Yo valoro a “Matarife” no solo por lo que plantea sino por la audacia de su autor. ¿Arriesgarse en un país donde se ha matado a Jhonny Silva, a Dilan y a tantos otros por mucho menos? Y no hablo de los muertos famosos que los hay por cantidades. Me refiero al indio que mataron ayer después de torturarlo. Al fin y al cabo, el único rigor que impera en Colombia es el rigor mortis. Para los muertos.