Cuatro empresas culturales colombianas
(Cinemateca distrital, Fundación patrimonio fílmico, Idartes, Proimágenes) se
unieron para restaurar la obra fílmica
de Carlos Mayolo. Una labor que en la industria de Hollywood es usual
pero que en Colombia es un exotismo. Difícil, no solo por los costos, sino por
la forma como históricamente hemos
tratado a la memoria.
Los restauradores rescataron
tres cortos que nunca se habían podido apreciar en buenas condiciones (Quinta de Bolívar-1969, Iglesia de San Ignacio -1970 y Monserrate
1971). Este tríptico es una especie de “Prehistoria
Mayolesca”, donde el cineasta calienta la mano para iniciar con mano firme
la que se convertirá en la piedra angular del Caliwood: Oiga Vea -1972.
La mirada documental caleña ,
esa que mira la caída de la tarde, la que fisgonea el cabello de las damas, la
que pone al espectador a tirar paso, arranca con Oiga Vea, se prolonga en Cali:
de Película- 1973 y cierra con Cali, cálido
calidoscopio-1985 ( aunque éste
último no estuviese incluido en la restauración por motivos que desconozco)
El pack incluye 4
discos donde el primero y el segundo son los dos largometrajes (Carne de
tu carne y La mansión de Araucaima). El tercero incluye 8 cortos (5
documentales y 3 de ficción). Aquí, por
ejemplo está Sin Telón-1975 una joya
desconocida para mí y que es fundamental en la formación de Mayolo porque es el
comienzo de la larga amistad con el teatro de Santiago García.
El cuarto disco reúne las
codirecciones con Luis Ospina e incluye 4 cortos (tres rodados en Cali y 1 en
Bogotá) Los cuatro son caleñidad pura.
Mi pequeño homenaje a la
obra y personalidad de Carlos Mayolo va
en este corto que reúne imágenes de aquí y de allá.
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