Por : José Urbano
En la edición del 20
de marzo de 1988, la Revista Semana daba cuenta de la visita del presidente
brasilero José Sarney a Colombia. Venía acompañado del productor Luis Barreto.
En la agenda de intercambio cultural, traían la idea de adaptar, para el cine,
la novela de José Eustasio Rivera, “La Vorágine”. Ese año se celebraba el
cumpleaños número cien del escritor.
Barreto tenía encima
el prestigio de varias películas brasileras exitosas como “Doña flor y sus
maridos” y “Gabriela, clavo y canela”, ambas adaptaciones basadas en letras de
Jorge Amado.
La compañía
de fomento cinematográfico (Focine), creada por el gobierno colombiano, había
lanzado la convocatoria de guiones precisamente para adaptarla a la pantalla grande.
La convocatoria
estuvo a punto de ser cancelada porque apareció un avivato asegurando ser
heredero de los derechos de autor. El redactor escribía preocupado: <<El problema para Focine consiste en
que, al no conocer que existía algún heredero del escritor, quien murió soltero
y sin hijos, se verá obligada a negociar el monto con el heredero que, según
parece, está pidiendo todo un "Potosí">>
La bolsa del premio
era un millón de pesos. Para que se hagan una idea, el salario mínimo acababa
de ser aprobado en $ 25.637. Un dólar se cotizaba en 263 pesos colombianos. En
la galería Alameda, la libra de carne se conseguía en 400 pesos y un huevo en 22.
A la convocatoria se
presentaron pesos pesados como Jorge Alí Triana, pero terminaron ganando tres
caleños desconocidos, amigos nuestros, con los que hacíamos fila en Univalle a
la hora del almuerzo.
El día de la premiación,
Mauricio Laurens, crítico de “El Tiempo”, soltó la frase irónica: “Los tiburones
vinieron a recibir el premio, pero terminaron aplaudiendo a los sardinos”.
Nicolás, Julio y Carlos
habían formado el colectivo “Cinexperiencia”
5 años atrás y ya tenían la mano caliente escribiendo guiones y rodando cortos
en súper 8.
¿Qué hacían tres
pelaos universitarios con un millón de pesos (unos 3.800 dólares de la época)?
Carlos Fernández y Julio González reciben el premio del ministro Cepedîn y la directora de FOCINE. Año 1988 |
En mi barrio le
llamaban “polvo de narco” a las
nuevas motos FZ. Y muchos jóvenes se perdieron, aspirando a coronar la merca en
los mayamis. Así pues, que tres pelaos se ganaran un palo con el sudor de sus
letras, poniendo en imágenes las andanzas de Arturo Cova, constituía la hazaña ochentera
de mi generación.
EL CASTILLO DE OTRANTO
Casa Quinta de la familia Upegui del barrio San Fernando -Cali. 1988 |
En un tiempo en que no existía Google Maps, apenas nos defendíamos con el atlas del Instituto Agustín Codazzi. Lo consultábamos para aprendernos los nombres raros de la novela: el caño Yurubaxí, el correntón de Yavaraté, el río Purús,el Yaguanarí, el Guaracú, el Isana y el Kerarí, el Cababurí, el Maturacá ,El Curicuriarí… También recitábamos las dos primeras líneas: “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la Violencia.”
Era un juego que consistía en memorizar el primer párrafo de “Cien años de soledad”, de “La metamorfosis”, de “008 contra sancocho”, de “Sin calzones llegó la desconocida”
Pero los nuevos
guionistas dejaron de lado a Arturo Cova y optaron por rodar un largometraje en pleno barrio San Fernando de
Cali.
Les prestaron la casa
quinta de la familia Upegui Hoyos, enfrente de lo que hoy es supermercado “Carulla”.
Nosotros le llamábamos “El castillo de
Otranto” por su forma imponente sobre esa colina. Las gradas se asemejaban
a la casa del tiernito Norman Bates. Lo veíamos bajar, vestido de mujer,
cuchillo en mano, presto a matar las rubias del barrio. Sobre ese castillo
existían miles de leyendas. Que allí había perdido la virginidad, Marisela Campos,
la piernona más deseada de Cali, que tenía pasadizos secretos donde dormían
tesoros nazis, que por las noches, se escuchaban quejidos de los esclavos
torturados durante la colonia. En fin.
Adriana Calero , mira hacia el Castillo de Otranto en "El hombre de enfrente" 1988 |
Aquî, el conversatorio con los responsables del triunfo épico. Celebrando los 100
años de la primera edición de “La
vorágine”
https://www.youtube.com/watch?v=GwsQ-3ANG6I
2 comentarios:
Genial. A veces una crònica tan maravillosa (y misteriosa) como èsta le llega a uno de manera natural pero misteriosa.
El misterio tiene muchos misterios.
Què rico saber (conocer) tanto.
Buena, José. Saludos.
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