Por. José Urbano
Es la tercera vez que se filma el juicio a los nazis . Antes lo hicieron Stanley Kramer con “El juicio de Nuremberg” ( 1961) y Yves Simoneu en la miniserie “Nuremberg” (2000).
Pero ahora, la cosa es a otro precio. Porque si en las dos anteriores el drama giraba en torno al nacimiento del derecho internacional humanitario, acá el director James Vanderbilt escoge otro punto de vista: el psiquiatra Douglas Kelley.
La versión 2025 no es propiamente una película de tribunales. El psiquiatra viaja a Nuremberg a escudriñar cómo se incuba el mal. Ya Michael Haneke había teorizado sobre el mal en “La cinta blanca”.
Por
momentos, el espectador empatiza con Goering o al menos lo entiende. Digamos
que entiende sus razones, aunque nadie se traga el sapo de que no sabía sobre
de los campos de exterminio, siendo el sucesor de Hitler, creador de la
Gestapo, presidente del Reichstag, comandante en jefe de la fuerza aérea.
Demasiados galones para no estar untado.
La película rescata valientemente al psiquiatra Kelley para decirnos que los monstruos no son como Godzilla , el mal habita en el corazón del ser humano.
La humanidad no aprendió nada del holocausto. Ahí están los neo nazis y los encorbatados que convertirán a Gaza en una cadena de casinos muy iluminados en neón.
Ese
juicio cobra actualidad, justo cuando se cumplen 80 años de su realización.
Justo cuando está desapareciendo el derecho internacional. Justo el año 2025
cuando arrasan la franja de Gaza a la vista de todo el mundo y cuando un
reyezuelo prepotente bombardea pescadores desde el portaaviones más sofisticado
del mundo.
Y, rematemos con la eterna Hannah Arendt, en el juicio al nazi Adolf Eichmann:
“Lo más grave, en el caso de Eichmann, era precisamente que hubo muchos hombres como él, y que estos hombres no fueron pervertidos ni sádicos, sino que fueron y siguen siendo, terrible y terroríficamente normales. Desde el punto de vista de nuestras instituciones jurídicas y de nuestros criterios morales, esta normalidad resultaba mucho más terrorífica que todas las atrocidades juntas, por cuanto implicaba que este nuevo tipo de delincuente (...) comete sus delitos en circunstancias que casi le impiden saber o intuir que realiza actos de maldad”
Y, anoto yo: No es sino cambiar el nombre de Eichmann por el de Goering o Netanyahu y la cita calza perfecto.
PD: La maratón “Nuremberg”, la completa el magnífico documental “La película perdida de Nuremberg” (2021) . Alli vemos las tomas originales que se proyectaron ese día del juicio . De hecho los pro-nazis siguen jurando que esas tomas son falsas. Ni ellos, aceptaban la barbarie. Recuerdo que siendo un pelao, no me dejó dormir esa toma de la retroexcavadora arrasando miles de cuerpos descompuestos


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