lunes, 27 de octubre de 2008

Chaplin y Los niños Indígenas


A unos amigos se les ocurrió la feliz idea de proyectar cine en la Universidad del Valle el día de la llegada de la Minga . A eso de las 7 p.m del sábado arrancó una especie de maratón de cine en la plazoleta de Las Palmas en bajos de Biblioteca.
Con Chaplin se va la fija. Sus comedias cortas son un derroche de gags realizados en un momento en que el cine aun no empleaba la técnica del guion. En un momento en que la cámara estaba en proceso de desarrollo. Cuando el sonido directo era apenas un sueño tecnológico.
Lo que seduce a los niños (en este caso, los niños de los resguardos) es esa mirada anarquista de Chaplin sobre el mundo de los adultos. Sus torpezas nos humanizan, su porrazos nos recuerdan cuan frágil es la vida, su poesía radica en esa ingenuidad para enfrentar las responsabilidades que se exigen a cualquier persona “grande”.
Para ampliar la democracia de los porrazos, también se proyectó a Harry Langdon (el eterno cara de niño), a Buster Keaton (el gran cara de palo) y al Gordo y el Flaco (los primeros terroristas-destrozadores del cine).
Se proyectaron también documentales realizados por los mismos resguardos. Estremecedor el relato del indígena al cual lo captura la policía, lo golpea, para rematar con la cortada de dos dedos de la mano izquierda: “ A ver si aprendes terrorista H.P”.
Vimos, como no, “La Pantera y La espada: El caso Jhonny Silva” para democratizar los otros porrazos: a los universitarios no solo se les amputan dedos, también se les mata y se come del muerto.
La universidad fue una fiesta con chirimías, música andina, San Juanitos, San Juaneros, cine mudo, cine sonoro y comida de olla grande. Hacia las 2 a.m tocaba descansar la retina pues al otro día se llegaría al paseo Bolívar.
Malicia indígena V.S Marrulla ganadera
Lo que sucedió en la mañana y tarde del domingo 26 de Octubre fue una sucesión de gags dignos de la mejor comedia muda. El mismo señor Presidente había puesto la cita del domingo en la mañana en el paseo Bolívar.
Habían llegado unos 20 mil indígenas de distintos resguardos, representantes de la ONU, universitarios, señoras y señores, RCN y Caracol. A eso del mediodía, el gobernador Abadía llegó con la novedad de que el Presidente Uribe no asistiría al Paseo Bolívar (nunca se dijo el motivo). Opcionalmente ofrecía el estudio de Telepacifico en Imbanaco. Nadie aceptó teniendo en cuenta que a ese auditorio le caben 300 personas y se le mandó a decir que los acuerdos son para respetarlos.
Por unanimidad se planteó que nadie se movería hasta las 3 p.m. Siendo las 3:30 p.m la Minga se dirigió nuevamente a la Universidad, no sin antes hacer el acta respectiva y tomarse la foto con la “silla vacía”. Se esperó más de lo que espera un novio a la entrada de la iglesia.
Uribe decepcionó a quienes le admiran su ánimo frentero. No quiso llegar, no quiso enfrentar a La Minga. Más bien empleó la marrulla y esperó a que la plaza estuviera desolada. Se apareció a eso de la 5 y 10 p.m. Su estrategia es bien conocida: monta los consejos comunitarios con su propia puesta en escena. Más o menos como los programas concurso donde el animador lleva la batuta. Realizar un debate abierto con toda la comunidad no es su estilo.
A esa hora los indígenas que quedaban no sobrepasaban los mil. Y el resto, aún nos encontrábamos allí por físico desparche dominical. Los reporteros con olfato se habían quedado (a lo mejor estaban avisados de la puesta en escena, El Presidente es un maestro en el manejo de medios, no hay duda).
Lo que vino después fue una comedia burda donde el victimario posa de víctima. Los medios, muy atentos eso sí, titularon: “Los indígenas se niegan a hablar”. Por supuesto que los mil que sobrevivían al calor del domingo no podían tomar decisiones. Al interior de la comunidad indígena el concepto de democracia es harto distinto.
Mientras tanto Simón Bolívar miraba el sainete. Por un momento pensé que se desmayaría de la risa. Pero no. Optó por continuar allí mismo: petrificado, distante y desconfiado.
THE END con final abierto
El Señor Presidente sería capaz de tratar así al Sindicato Antioqueño? A Fenalco? a la Universidad de Córdoba? Por supuesto que no. Para estos va el corazón grande, ya sabemos para quien va la mano dura ( o el conejo, igual da)


1 comentario:

Simón Posada dijo...

José, mi nombre es Simón Posada y soy periodista de la revista DONJUAN, pero necesito hacerle una consulta a título personal. Mi correo electrónico es simon_posada@hotmail.com, mi celular es 300 687 9794.