“No se nace mujer: llega una a serlo” S.Beauvoir
Me regalé en mi
cumpleaños la Palma de oro de Cannes 2021 y resultó siendo la película del año.
¡Qué cosas las de los escorpiones!
Toca decir que con la
Palma de Oro siempre he ido a la fija (salvando un par de excepciones,
digamos). Un premio que se lo ha ganado Welles, Fellini, Buñuel, Visconti,
Kurosawa, Scorsese, Haneke… tiene que ser al menos curioso y atractivo. Este
año se lo llevó una mujer por primera vez, en solitario. Aclaro que antes se la
ganó Jane Campion por “El Piano” pero no en solitario porque lo compartió con
“Adiós a mi concubina”.
Los honores son para
“Titane” y su directora Julia Ducournau. Hacía tiempo no veía una cinta que me
golpeara tanto. Me golpea en muchos sentidos: a nivel moral, a nivel ético, a
nivel de imagen. Nunca detengo una película porque considero que las películas están
hechas para verlas de corrido. A diferencia del libro y las series que se
pueden gozar por partes. La directora venía dándome duro desde la primera
secuencia, asaltándome los sentidos, cuestionándome y decidí la tecla pause.
Me preparé un tinto sin azúcar, a lo guerrillo. Continué como quien espera la espada
de Damocles sobre la cabeza.
En “Titane”, sin darnos
cuenta ya estamos dentro del género fantástico. Sin dejar de plantear una problemática
realista de género. ¿Qué significa ser
mujer? ¿Qué significa ser hombre? Al igual que la cita arriba de Beauvoir, me
pregunto: ¿Cómo se construye este maravilloso y atormentado personaje femenino
de Alexia y su posterior performance de Adrien?
¿Desnaturalizamos el
género de una buena vez como lo planteara J. Butler hace ya 30 años? ¿Y más
bien le damos voz al sujeto cultural?
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