lunes, 4 de julio de 2011

X Festival de Cine Tandil ( Argentina)

Nuestra amiga y parcera Eliana Orozco, da muestras de vida desde cualquier Festival del mundo. Éste es su reporte desde tierras Argentinas

X TANDIL CINE, se sobreimprime sobre una imagen que juega la materialidad del juego visual, la idea de una tridimensionalidad al interior de una bidimenionalidad. Un día alguien dijo, desprevenidamente, que mientras una idea quiere decir, la imagen dice, he de ahí la posibilidad de jugar a improvisar dimensiones a las pretensiones de nuestra mirada por captarlo todo tal cual nos han dicho que son (deben ser) las cosas. En un primer nivel tenemos el cruce de dos cintas de negativo de 35mm formando una “X”. Atrás, en un segundo nivel esta el Quijote, armado de estandarte y escudo, emblema turistico de la ciudad de Tandil. El hidalgo, a su vez, esta sobreimpuesto a un cielo cuyas nubes misma ya tiene una fuga al horizonte. EL TANDIL CINE es un festival argentino competitivo, de 6 días de duración. (del 21 al 26 de Junio de 2011). Las categorías son largometraje ficción, largometraje documental, y cortometraje. La noche del 26 de Junio de 2011 se premiaron respectivamente La Cantante de Tango (Martinez Vignatti), Un Arriero (Juan Baldana) y Piedras Preciosas (Yanina Fernández Nuñez). Esta décima edición el festival tuvo además de los diferentes primeros premios, varios reconocimientos por sus virtudes dramáticas y formales. Por seis días vimos pasearse por las empedradas calles tandilenses a los jurados Ana Katz (directora de cine), Luciano Barandiaran (Historiador), Hugo Colace (Director de Fotografía), para la categoría de largometraje Ficción. Pablo Mazzola (programador artístico de espacios INCAA), Sergio Wolf (programador artístico del BAFICI) y Jorge D. Tripiana (Lic. en Historia) , para la categoría de Largometraje Documental. Y para elegir el cortometraje estuvieron Eduardo Calagno (Director-documentalista), Mariela Cantú (curadora de artes visuales) y Mariano Schettino (diseñador industrial y docente universitario en facultades de diseño).

Este fue un Festival informal, con “frío y Glamour”, como bien comento una de las asistentes. Se vieron nuevas formas de encarar el dispositivo y darle forma cinematográfica a las realidades que nos rodean. Uno de los encuentros mas fructíferos del Festival fue una charla con diferentes directores. Entre los ejes de la producción, la distribución y las formas de representación, nos permitieron rastrear una nueva tendencia, la de un MRA, Modelo de Representación Autoral, que no es lo mismo que la ya categoría hecha de “cine de autor”. Mas que un todo sistemático y bien articulado, se trata de ojos que ven desde las aceleradas condiciones tecnológicas del cine, se dan otras relaciones y articulaciones entre la forma y el contenido, en cada film de un mismo director. Conforme organizan sus historias, parece que primero se la cuentan a ellos mismos en condiciones de enunciación cinematográfica y luego la gritan a voces en películas bien pensadas para los demás. Paradójicamente el Festival abrió con una película de corte institucional Dreaming Nicaragua, dirigida por Marcelo Bukin, de quien hubo retrospectiva durante el Festival, y cerro con SoyHuao de Juan Baldana, documental sobre las comunidades Huaories de Ecuador. Mientras el film de Bukin tiene una deliberada intención de solidarizarse con las campañas de sensibilización de la fundación Febretto, Baldana se acerco por un día al caserío indígena para registrar imágenes para una ficción, y se quedó 17 días trayendo material para un documental de autor.

Lo que si quedo claro en esta pulsada fue la pisada fuerte de las nuevas tendencias, como gesto de resistencia bajo el yugo del sistema de producción, distribución y exhibición gerencial y comercial. Esta claro que en el nivel de la producción se juegan varias cartas, pero también es cierto que cada convocatoria para subsidios exige un Az diferente de la baraja, lo cual funciona como un filtro para que ganen los de siempre o los que supieron darle la vuelta al juego. En Argentina las quejas mas frecuente son contra los regimenes de exhibición comercial, el complejo Hoyts tiene amplia recepción de propuestas, pero parece ser que son legajos haciendo equilibrio uno encima de otro en algún escritorio, por que las copias nunca llegan a programarse. EL Malba , pese a ser una ventana con vistas mas panorámicas suele tener la dificultad del acceso y, siendo sinceros, ya tiene un circuito de publico especializado, no es una plataforma muy democrática. Los espacios INCAA no tiene mejor fama entre los realizadores argentinos actuales. ¿Qué queda? La herramienta es una y hegemónica, la Web es el trampolín a la exhibición independiente, los propios realizadote tiene sus websites y suben personalmente sus películas, generan foros con su publico, sin legajos, contestadotas virtuales o estar detrás d eun agente de prensa. Este tipo de alternativas permiten desmontar uno del os principales mitos sobre los cuales se encabalgan las cadenas de distribución y agentes de venta en Argentina para justificar la no proyección de los Films: “al publico argentino no le gusta ver cine nacional”. Las películas duran dos semanas en cartel, sin mas publicidad que la prensa que cada cual pueda hacer de u film y el boca en boca, mientras la televisión ofrece 24hs al día todo un mundo de captación enviciador. Es una realidad, en todas las casa hay un televisor, pero no un primo cineasta. Rodolfo (Fito) Pochat director de Tren a Pampa blanca (2010) afirma haber encontrado que proporcionalmente por cada película extranjera que se estrena en el país, son menos los argentinos que la ven en relación a la cantidad que de ellos encontramos sentados disfrutando de unos de los pocos estrenos locales. Los medios de exhibición underground ha aumentado mucho en los últimos 14 años, acompasados en parte con la proliferación de escuelas privadas de cine en Buenos Aires. Si bien conseguir la producción material de la película es difícil a la hora de hacer un trasferí a DVD, los recursos también son un tema extenso. En el marco del Festival los realizadores confiesan repetidamente una frase que bien podría sintetizar el MRA: “somos concientes del cine que hacemos” con esto quieren decir que se hacen cargo de su situación al margen, y de echo es casi un espaldarazo cantado a las ya caducas hegemonías de masividad, abriendo a su vez, las alas de sus expectativas a la democratización virtual. Esta claro, las mismas políticas de exclusión del circuito comercial han llevado a que el tema ya no sea de taquilla, sino de alcance. En este sentido el Festival de competencia nacional, como el caso de Tandil, es el espacio premier para este tipo de iniciativas, y es un evento respecto al cual los realizadores noveles sienten la responsabilidad de, como se dice, “bancar y ponerle el cuerpo” Pero de todas las alternativas la menos frustrante es la propia, “hágalo usted mismo en la red”. Sin embargo, reconocen con pena que “todavía no llega la forma ideal a la cual aspirar, y le siguen dando la vuelta a los modos de producción, distribución y exhibición”.

En el nivel del modo de representación, la articulación forma-contenido, nos encontramos ante propuestas estilísticas, desde la conciencia del uso y la condición de mediador del dispositivo, se trabaja la coherencia en el nivel del “Cómo”, en relación al que: si se filma con una cámara pequeña, grande o de fotos, según el espacio y el tema a registrar. La contundencia se busca en el nivel de la construcción de sentido, en la articulación entre la historia y la forma de registrarla, no de cómo contarla. La tendencia estética de este MRA es la intima relación entre la materialidad tecnologica del cine y lo que se va a filmar, la pregunta por qué dispositivo es el mas adecuado para registrar el aquí y ahora, es en el presente mas evidente que en el pasado; no tiene que ver con el modo trasparente de contar una historia, por el contrario, la trasparencia es tenida en cuenta desde el otro lado, de la pantalla hacia el proceso de realización, ya no tiene que ver con el fenómeno receptivo. Por ejemplo, la película El mensajero es registrada en blanco y negro. A la hora de viajar al norte argentino Martin Zolá sabia que iba a tener que registrar mucho en plano general, así que su principal temor era caer en la foto de postal turística. El blanco y negro funciona como técnica de distanciamiento de esta tendencia. A veces las cosas se logran y a veces se pierden, esta es la apuesta que caracteriza al modo de representación autoral MRA.

En suma, coincido en haber estado en un festival con mucho frío y glamour, con un salpicado todo un poco pero que nos deja una tercera oleada de ese ya utilizado concepto de un “nuevo cine argentino”. Después de la generación del 60´, los pizza, Birra y faso, sábado y rapado de los 90, estamos siendo testigos de toda una generación de autores maduros, entre 30 y 45 años, con ánimos no de generar sino de aprovechar al máximo los juegos tecnológicos que ofrece el sistema cinematográfico actual. Ya no se trata de un autor proclamando ideas cinematográficamente , sino de imágenes que hablan por si solas y enarbolan otros manifiestos y formas de ser y expresar.

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