viernes, 30 de diciembre de 2022

MUJERES DIRECTORAS Y FELIZ 2023

 

Todos los fines de año le jalamos a videar cine clásico para empezar bien el nuevo enero. Puro agüero. Pero en esta vez, la transición de año es a otro precio. Todo porque la revista Sight and sound acaba de publicar la lista de las 100 mejores películas de todos los tiempos. La encuesta se realiza cada diez años, por lo tanto, la volveremos a ver en el 2032.

Y participaron 1.631 críticos. No dijeron ni clasificación por países de los encuestados, ni la clasificación por género.

Si bien es cierto, da rabia no ver ni una película latinoamericana, tampoco alguna del maestro Luis Buñuel, debemos aceptar que toda lista es caprichosa, como los premios. Lo bueno del asunto es que, por primera vez, el primer lugar lo ocupó una directora . En total, 11 películas dirigidas por 9 mujeres. Esa cifra subirá en la próxima lista, no hay duda.

Nuestra maratón de cine del 31 de diciembre al 1 de enero será distinta porque veremos las películas de las 9 directoras elegidas. Éstas son:

1. Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles” (Chantal Akerman, 1975)

7. “Beau travail” (Claire Denis, 1998)

14. “Cléo from 5 to 7” (Agnès Varda, 1962)

16. “Meshes of the Afternoon” (Maya Deren and Alexander Hammid, 1943)

28. “Daisies” (Věra Chytilová, 1966)

30. “Portrait of a Lady on Fire” (Céline Sciamma, 2019)

48. “Wanda” (Barbara Loden, 1970)

50.  “The Piano” (Jane Campion, 1992)

52.  “News from Home” (Chantal Akerman, 1976)

60. “Daughters of the Dust” (Julie Dash 1991)

67. “The Gleaners and I” (Agnès Varda 2000)

Año Nuevo, cine Viejo, más alegres los días serán…

(pueden descargar  la lista total aquí: https://www.mediafire.com/.../100+mejores+sight+and.../file) .

martes, 20 de diciembre de 2022

MI "AQUEL 19", DESDE EL BARRIO EL JARDIN

 

(Aclaración necesaria: El 19 de diciembre de 1979, el América de Cali se coronó campeón del futbol colombiano por primera vez en su historia. )

Aquel 19 me agarró en el barrio El Jardín. Sobre la carrera 36 vivía la mona más bella del mundo. Dos pretendientes le habíamos pedido el cuadre. En aquellos tiempos las chicas aplicaban la perversión de “le doy la respuesta en 5 días”. Y uno no pegaba el ojo esperando en esas noches eternas. El día señalado era el 19 de diciembre. Los dos candidatos: Pipe hincha del América y este pobre hombre, fanático del Deportivo Cali.

Ameriquita juega como nunca y pierde como siempre. Pero eso iba a cambiar esa noche frente al Unión Magdalena en el Pascual. La euforia fue la culpable de su veredicto. Prefirió al rojo y yo quedé aturdido. Súmele la pólvora y los cohetes.

Qué carajo, el despecho puede esperar. Y, con los panas americanos, nos parqueamos en Las Torres de Maracaibo para iniciar el desfile. Estaba todo el parche de William "el pecas" Ospina, estaba el combo de Poncho Peloteras el más teso de todos, Chapulín, Gelato, Careniño, Cachivache y su primo Chéchere.

Una caravana que incluía carretillas tiradas por caballos, motos Kawasaki 100, burras panaderas, gente a pie, camionetas muecas como la del papá de la mona más linda del mundo.

Rodaba aguardiente Blanco del Valle, como pasa de bueno. Todo el mundo chupaba. Mi combo puberto propuso fajarse la primera borrachera de la vida, al gratin.

La caravana subió por la carrera 39, en El Guabal se unieron los malandros y las cuchas de los malandros. Llegó al Teatro Imbanaco y subió por la calle quinta hacia el norte. En Santa Librada, se pegó al parche de los americanos de Siloco. Pasó por la avenida Colombia y agarró a la izquierda a tomar la avenida sexta. Ahí, en el puente de la cuarta norte, no se pudo seguir y quedamos en pausa porque el equipo había llegado al restaurante de los italianos que quedaba al frente del Teatro Bolívar. Como yo estudiaba en Santa Librada con Juan Carlos Lugo, primo de Víctor Epifanio, nos colamos songorocosongo y llegamos al restaurante. Los jugadores lanzaban besitos desde el Mezzanine. En medio de la algarabía, se acuñó la frase “América el único equipo de futbol que tiene apellido”( América! Hijueputa)

 Nunca volví a ver una euforia como la de esa noche. Tampoco a la mona más linda del mundo.

(Para escuchar la maravillosa canción de Alberto Beltrán pique aquí)

domingo, 18 de diciembre de 2022

LOS GLOBOS DE ORO 2023: PERIODISMO DEL BUENO, CINEFILIA Y ARRECIFES


Los Globos de Oro son los teloneros de los premios Oscar. Y aún, siendo teloneros, han logrado a través de los años chiviar al Tío Oscar. Se le adelantan. Y a los miembros de la Academia, no les queda de otra que decir: “cómo saben de cine esos críticos de los Globos”. Al punto que han llegado a parecerse hasta en un 80% .

Este año, los Globos llegaron con toda. Tres películas sobresalen en el lote:

LOS FABELMAN. La película que nos estaba debiendo Steven Spielberg. Sí, porque después de ver confesiones cinematográficas hermosas como “Belfast”, “400 golpes” o “Roma” el hombre se lanza a completar el catálogo de los que, una vez conocieron las tinieblas del cine, ya no pudieron dar marcha atrás. Esa aventura que inició en el súper 8 casero hasta llegar a su primera joya llamada “Duel”. De ahí las nostalgias a Truffaut , el primer cineasta que quedó deslumbrado con su ópera prima y al que luego le da un papelito en “Encuentros cercanos del tercer tipo”. Sabíamos que el guion de “E.T” era una catarsis de la separación de sus padres. A pesar de eso, no conocíamos como llegó a ser el cineasta que fue con la oposición de su padre y el bullyng al que fue sometido en el colegio.

Steven ha logrado el sueño de Hitchcock y de Chaplin: filmar películas que descrestan a la crítica especializada pero que, a la vez, le encantan al gran público. Y aquí nos habla de la génesis de su genialidad.

ALMAS EN PENA EN INISHERIN. Uno nunca olvida las películas que suceden en la remota Irlanda. En esas islitas que tienen 50 familias a lo sumo. “El divino Ned” o “Calvario”. Y, yendo mas atrás, “La hija de Ryan” o "Un Hombre tranquilo”. Es posible hacer una película sobre el aburrimiento pero que la película no sea aburrida?. Alguna vez le leí a un actor consagrado que el personaje más difícil de interpretar era a un hombre común y corriente. A un tipo simple. Aquí todos los personajes lo son. Y además casi ningún personaje es inteligente. Sin embargo, “Almas en pena en Inisherin “ roza la categoría de obra maestra. Del absurdo, del humor negro y de lo fantástico.

ELLA DIJO. Una película de mujeres, para mujeres, sobre mujeres. Al frente de la cámara está la argentina Natasha Braier, en el guion la británica Rebecca Lenkiewicz y en la dirección la alemana María Schrader. Las periodistas son las heroínas, las detectives, las que le sacan los trapos al sol el productor Harvey Weinstein. Toda la trama ajustada a la verdad periodística. Un oficio en decadencia ( basta ver la gran prensa colombiana) pero que demuestra la independencia de uno de los pocos medios serios que quedan en USA.



domingo, 11 de diciembre de 2022

MUCHOS AÑOS DESPUÉS, FRENTE AL COMPUTADOR TOSHIBA…

Graduarse de quinto de primaria no tenía ningún glamur, como ahora. Se salía de la escuelita rumbo al bachillerato. Once años de edad, para llegar a un colegio más grande y más poblado. Con compañeros más viejos, en algunos casos. Los de mi generación estarán de acuerdo en que nos tocó, como compañero de curso, un google adelantado. Esto es: un estudiante viejo y grandote que se las sabía todas. Y las que no sabía se las inventaba. El de mi salón era Saldarriaga.

-      - ¿A ver, jóvenes- dijo el profesor Meléndez el primer día- alguien sabe que es Cien años de soledad?

-     -  Siii, claro es una cárcel de máxima seguridad- respondió, sobrador, Saldarriaga

-      No sea bruto joven, estoy hablando de un libro

-      Fue una cárcel, pero después la convirtieron en libro, como siempre

-      ¿A ver jóvenes- volvió a atacar el profe- alguien sabe quién es Gabriel García Márquez?

-      Lo conozco, es un man todo bien. Yo vendí minutos con él.

-      ¡No sea bruto joven es un escritor!

-      Vendió minutos y luego se superó, como debe ser.

El profe sacó un libro gordo de 496 páginas. Ordenó leerlo y dio un plazo perentorio de 21 días para presentar un ensayo.

¿Ensayo? ¿Qué era eso? ¿Leer? Que era eso? ¿Libro? ¿De qué me estás hablando?

Mi formación literaria se limitaba a Lorenzo y Pepita, Don Abundio, Olafo el amargado, las radionovelas de las 5 de la tarde, los titulares de El Caleño, las baladas de Nino Bravo y los boleros de Manzanero.

II

En aquel tiempo no existía el rincón del vago punto com donde tu pides el análisis de un libro y de una te lo vomita.

-      Está definido- gritó Saldarriaga parado en el pupitre-. 

Y expuso un plan simple: en la librería “El costeño” de la carrera 10, vendían el análisis de cualquier novela. Y la hija de Jeremías se encargaría de transcribir en su nueva máquina Brother eléctrica. (Jeremías era el vigilante del colegio y se había jugado sus ahorros montándole a la hija un emprendimiento de transcripción de textos. La empresa fue bautizada con el pomposo nombre de “Pasando trabajos Ltda.”)

Saldarriaga hizo cuentas con los dedos y dictaminó una cuota por cabeza. Listo el pollo.

III

Mi casa del barrio Colón iba casi de lado a lado. Desde la entrada hasta el patio final se recorría las baldosas rojas, como quien corre la media maratón. De manera que al abrir la puerta escuché la voz de mi viejo:

-      En la mesa del comedor hay un regalo

Que piensa un niño de once años ante semejante papayazo?. ¿Qué fantasías lo asaltan mientras recorre esos 12 metros? Un iPhone? ¿La camiseta autografiada de Messi? Afiliación de por vida a Direct TV? ¿Una consola de décima generación XBox serie X?

En la mesa reposaba, como no, el libro “Cien años de soledad”, la edición aquella , con una vieja decrépita en la portada. Ese día, inició mi fetiche por el olor a papel nuevo.

Miré el libro con desdén, decepcionado, lo confieso. Busqué a mi vecino Guido Camacho para que me aconsejara que carajos se hacía con ese artefacto.

-      ¿Usted es güevón o qué? ¿Quién es la mejor hembra del barrio? Si, la misma, Marisela, ¿y dónde vive? Exacto, al lado de su casa. ¿Y que va a hacer usted, que es enano? ¡Aja! Pone Cien años de soledad, encima de Crimen y castigo y encima de El Quijote y le queda a tiro para admirarla en todo su esplendor, papito.

Después de darle muchas vueltas al libro, de pensar en el monólogo de Guido, de tener ese olor a papel en el aire, decidí iniciar la lectura. “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento…”

Leí sin parar hasta aquel pasaje donde los habitantes de Macondo rompen la silletería de la sala de cine porque un actor, que había muerto en la película anterior, aparecía vivo en el estreno de hoy. Eran las 3 a.m.

IV

El colegio lucía normal aquella mañana, pero mi aspecto era de total desgreño y trasnocho. Antes que ser sometido a tortura por parte de Vito-Corleone-Saldarriaga, enfrenté los hechos, confesando lo sucedido la noche anterior.

-      Está definido- lanzó Saldarriaga su grito de guerra. Y convocó reunión urgente en la cancha de futbol.

La gente se timbró, pues eso quería decir que habría un muerto como mínimo. Yo, frente al pelotón de fusilamiento, me defendí:

-      Si, me leí una parte del libro, pero sigo adentro. Daré el dinero, tal como està  pactado. Y les tengo dos noticias: en todos los capítulos bolean catre que da miedo

-      ¿Y qué tal están las hembras?  – interrumpió Acosta

-      Están buenísimas. Y lo segundo: que los personajes se la pasan diciendo groserías.    

    A Saldarriaga lo que más le indignaba, era que mi viejo me hubiese regalado un libro

-      ¡Un libro, pana, un libro!  - gritaba- yo pensé que tu papá te quería, hombre.

 V

Esos dos descubrimientos cambiaron para siempre mi percepción de la vida. Que los escritores tienen licencia para que sus personajes se revuelquen a lo bien y que sean malhablados, si así lo exige la personalidad del relato.


jueves, 8 de diciembre de 2022

ANNIE ERNAUX , DISCURSO AL RECIBIR EL NOBEL 2022

 

Discurso de Annie Ernaux, al recibir el Premio Nobel de Literatura el 7 de diciembre de 2022.

ESCRIBIRÈ PARA VENGAR MI RAZA

¿Por dónde empezar? Me he hecho esta pregunta decenas de veces delante de la página en blanco. Como si tuviera que encontrar la frase, la única, que me permitiera empezar a escribir el libro y barrer con mis dudas de golpe. Una especie de llave. Hoy, para afrontar una situación que, tras el estupor del acontecimiento –"¿de verdad me está pasando esto a mí?– mi imaginación me presenta con un miedo creciente, es la misma necesidad la que me abruma. Encontrar la frase que me dé la libertad y la firmeza para hablar sin temblar, en este lugar donde me han invitado esta noche.

 Esa frase, no necesito buscarla muy lejos. Surge. En toda su nitidez, su violencia. Lapidaria. Irrefragable. La escribí hace sesenta años en mi diario íntimo. "Escribiré para vengar mi raza". Se hacía eco del grito de Rimbaud: "Soy de raza inferior por toda la eternidad"*. Tenía veintidós años. Era estudiante de literatura en una universidad de provincias, entre chicas y chicos, muchos de ellos de la burguesía local. Orgullosa e ingenuamente pensé que escribir libros, convertirme en escritora, al final de una estirpe de campesinos sin tierra, obreros y pequeños comerciantes, gente despreciada por sus modales, su acento, su falta de cultura, bastaría para reparar la injusticia social congénita. Que una victoria individual borraría siglos de dominación y pobreza, una ilusión que la escuela ya había fomentado en mí con mis logros académicos. ¿En qué medida mi realización personal podría haber redimido lo que fuera de las humillaciones y ofensas sufridas? No me hacía esa pregunta. Tenía algunas excusas. Desde que sabía leer, los libros habían sido mis compañeros, la lectura mi ocupación natural fuera de la escuela. Este gusto fue alimentado por una madre, ella misma ávida lectora de novelas entre cliente y cliente de su tienda, que prefería que yo leyera a que cosiera y tejiera. El elevado coste de los libros, la suspicacia de que eran objeto en mi colegio religioso, los hacía aún más deseables para mí. Don Quijote, Los viajes de Gulliver, Jane Eyre, los cuentos de Grimm y Andersen, David Copperfield, Lo que el viento se llevó, más tarde Los miserables, Las uvas de la ira, La náusea, El extranjero: fue el azar, más que las prescripciones de la escuela, lo que determinó mis lecturas.

 

La elección de estudiar literatura había sido la elección de permanecer en la literatura, convertida en lo más valioso frente a todos los demás, una forma de vida con la cual podía lanzarme al interior de una novela de Flaubert o de Virginia Woolf y vivirlas literalmente. Una especie de continente que oponía inconscientemente a mi entorno social. Y yo sólo veía en la escritura la posibilidad de transfigurar la realidad.

 No fue el rechazo de una primera novela por dos o tres editoriales –una novela cuyo único mérito era la búsqueda de una nueva forma– lo que amedrentó mi deseo y mi orgullo. Estas fueron situaciones de la vida en las que ser mujer pesó más que ser hombre en una sociedad en la que los roles de género estaban definidos, la anticoncepción estaba prohibida y el aborto era un delito. Como pareja con dos hijos, un trabajo de profesora y la carga del cuidado de la familia, me alejé cada vez más de la escritura y de mi promesa de vengar mi raza. No podía leer "La parábola de la ley" en El proceso de Kafka sin verla como una figuración de mi destino: morir sin haber atravesado la puerta que estaba hecha sólo para mí, el libro que sólo yo podía escribir.

 Pero esto sin contar con el azar privado e histórico. La muerte de un padre que falleció tres días después de mi llegada a su casa de vacaciones, un puesto de profesor en clases donde los alumnos proceden de medios obreros similares a los míos, movimientos de protesta a escala mundial: todos estos elementos me devolvieron por canales imprevistos y sensibles al mundo de mis orígenes, a mi "raza", y dieron a mi deseo de escribir un carácter de urgencia secreta y absoluta. Esta vez, no se trataba de entregarme a la ilusoria "escritura sobre la nada" de mis veinte años, sino de sumergirme en lo indecible de una memoria reprimida y sacar a la luz la forma en que existieron los míos. Escribir para comprender las razones dentro y fuera de mí que me habían alejado de mis orígenes. Ninguna elección de escritura es evidente. Pero los que, como inmigrantes, ya no hablan la lengua de sus padres, y los que, como tránsfugas de su clase social, ya no tienen el mismo idioma, piensan en sí mismos y se expresan con otras palabras, se enfrentan a obstáculos adicionales. Un dilema. 

Sienten la dificultad, incluso la imposibilidad, de escribir en la lengua adquirida, dominante, que han aprendido a dominar y que admiran en sus obras literarias, todo lo que se refiere a su mundo de origen, ese primer mundo hecho de sensaciones, de palabras que hablan de la vida cotidiana, del trabajo, del lugar ocupado en la sociedad. Por un lado, está el lenguaje en el que han aprendido a nombrar las cosas, con su brutalidad, con sus silencios, como el del encuentro cara a cara entre una madre y un hijo, por ejemplo, en el bellísimo texto de Albert Camus "Entre el sí y el no". Por otra parte, los modelos de las obras admiradas, interiorizadas, las que les abrieron el universo primero y a las que se sienten deudores por su elevación, que a menudo consideran incluso como su verdadera patria. En la mía estaban Flaubert, Proust, Virginia Woolf: cuando volví a escribir, no me fueron de ninguna ayuda. Tuve que romper con la "buena escritura", la frase bonita, la que enseñaba a mis alumnos, para extraer, exponer y comprender el desgarro que me recorría. Espontáneamente, fue el choque de un lenguaje portador de cólera y de burla, incluso de grosería, lo que me vino, un lenguaje de exceso, insurgente, a menudo utilizado por los humillados y los ofendidos, como única manera de responder al recuerdo del desprecio, de la vergüenza y de la vergüenza de la vergüenza.

 Muy pronto tuve claro también –tanto que no pude considerar otro punto de partida– que quería anclar la historia de mi desgarramiento social en la situación que había vivido como estudiante, la repugnante situación a la que el Estado francés seguía condenando a las mujeres, el recurso al aborto clandestino a manos de un fabricante de ángeles. Y quería describir todo lo que le pasó a mi cuerpo de niña, el descubrimiento del placer, el periodo. Así, en este primer libro, publicado en 1974, sin que yo fuera consciente de ello en aquel momento, se definió el ámbito en el que situaría mi escritura, un ámbito que era a la vez social y feminista. La venganza por mi raza y la venganza por mi sexo se convertían a partir de entonces en una sola. ¿Cómo no cuestionarse la vida sin cuestionarse también la escritura? ¿Sin preguntarse si confirma o perturba las representaciones aceptadas e interiorizadas de los seres y las cosas? ¿No refleja la escritura insurgente, con su violencia y burla, una actitud dominada?

 Cuando el lector era una persona culturalmente privilegiada, mantenía con respecto al personaje del libro la misma posición de prepotencia y condescendencia que en la vida real. Por eso, originalmente, para eludir esta perspectiva que, tendida sobre mi padre, cuya vida quería contar, la cual me habría resultado insoportable y sentía como una traición, adopté, a partir de mi cuarto libro, un estilo de escritura neutro y objetivo, "plano" en el sentido de que no contenía metáforas ni signos de emoción. La violencia ya no se exhibía, provenía de los propios hechos y no de la escritura. Encontrar las palabras que contengan a la vez la realidad y la sensación que ésta produce iba a convertirse, hasta la fecha, en mi preocupación constante a la hora de escribir, sea cual fuere el tema.

 Continuar diciendo "yo" me fue necesario. La primera persona –aquella por la que, en la mayoría de las lenguas, existimos, desde que sabemos hablar, hasta la muerte– se considera a menudo, en su uso literario, narcisista cuando se refiere al autor, cuando no es un yo presentado como ficticio. Conviene recordar que el "yo", hasta entonces privilegio de nobles que relataban hazañas de armas en sus memorias, es en Francia una conquista democrática del siglo XVIII, la afirmación de la igualdad de los individuos y del derecho a ser sujeto de su propia historia, como reivindica Jean-Jacques Rousseau en el primer preámbulo de sus Confesiones: "Y que no se me objete que, siendo sólo un hombre del pueblo, no tengo nada que decir que merezca la atención de los lectores. […] En cualquier oscuridad que pude haber vivido, si he pensado más y mejor que los reyes, la historia de mi alma es más interesante que la de ellos”. No fue este orgullo plebeyo lo que me motivó (aun cuando...) sino el deseo de utilizar el "yo" -una forma que es a la vez masculina y femenina- como herramienta de exploración que capta las sensaciones, las que la memoria ha ocultado, las que el mundo que nos rodea no cesa de ofrecernos, en todas partes y todo el tiempo. 

Este antecedente de la sensación se ha convertido para mí tanto en la guía como en la garantía de la autenticidad de mi búsqueda. ¿Pero con qué fin? Para mí, no se trata de contar la historia de mi vida ni de entregarme a sus secretos, sino de descifrar una situación, un acontecimiento, una relación amorosa, y revelar así algo que sólo la escritura puede hacer existir y pasar, tal vez, a otras conciencias, a otros recuerdos. ¿Quién podría decir que el amor, el dolor y el luto, la vergüenza, no son universales? Victor Hugo escribió: "Ninguno de nosotros tiene el honor de tener una vida que le pertenezca". Pero como todas las cosas se viven inexorablemente de modo individual –“me está pasando a mí”–, sólo pueden leerse del mismo modo si el "yo" del libro se vuelve, en cierto modo, transparente, y el del lector o lectora pasa a ocuparlo. Que este Yo sea, en definitiva, transpersonal, que lo singular alcance lo universal.

 Así es como concebí mi compromiso con la escritura, que no consiste en escribir "para" una categoría de lectores, sino "desde" mi experiencia de mujer e inmigrante del interior, desde mi memoria, cada vez más larga, de los años vividos, desde el presente, que no cesa de proporcionar imágenes y palabras de los demás. Este compromiso como prenda de mí misma en la escritura se apoya en la creencia, convertida en certeza, de que un libro puede contribuir a cambiar la vida personal, a romper la soledad de las cosas sufridas y enterradas, a pensar de otra manera. Cuando lo indecible sale a la luz, es político.

 Lo vemos hoy con la revuelta de esas mujeres que han encontrado las palabras para trastornar el poder masculino y se han levantado, como en Irán, contra su forma más violenta y arcaica. Escribiendo en un país democrático, sigo preguntándome, sin embargo, por el lugar que ocupan las mujeres, también en el ámbito literario. Su legitimidad para producir obras aún no está adquirida. Hay intelectuales masculinos en Francia y en todo el mundo para quienes los libros escritos por mujeres simplemente no existen, nunca los citan. El reconocimiento de mi obra por la Academia Sueca es una señal de justicia y esperanza para todas las escritoras.

 En la revelación de lo indecible social, esta interiorización de las relaciones de dominación de clase y/o raza, así como de género, que sólo sienten quienes son objeto de ella, existe la posibilidad de una emancipación individual pero también colectiva. Descifrar el mundo real despojándolo de las visiones y valores que porta el lenguaje, cualquier lenguaje, es perturbar el orden instituido, trastocar las jerarquías.

 Pero no confundo esta acción política de la escritura literaria, sujeta a su recepción por el lector, con las posiciones que me siento obligada a tomar en relación con los acontecimientos, los conflictos y las ideas. Crecí en la generación de la posguerra, en la que se sobreentendía que los escritores e intelectuales tomaran partido frente a la política francesa y se implicaran en las luchas sociales. Nadie puede decir hoy si las cosas habrían sido diferentes sin sus palabras y su compromiso. En el mundo actual, donde la multiplicidad de fuentes de información y la rápida sustitución de imágenes por otras inducen una forma de indiferencia, concentrarse en el arte propio es una tentación. Pero al mismo tiempo, en Europa -todavía enmascarada por la violencia de una guerra imperialista dirigida por el dictador al mando de Rusia- está surgiendo una ideología de repliegue y cerrazón, que se extiende y gana terreno en países hasta ahora democráticos. Sustentada en la exclusión de extranjeros e inmigrantes, el abandono de los económicamente débiles y la vigilancia del cuerpo de las mujeres, me exige, a mí y a todos aquellos para quienes el valor de un ser humano es el mismo, siempre y en todas partes, un deber de vigilancia. En cuanto a la carga de salvar el planeta, destruido en gran parte por el apetito de los poderes económicos, es de temer que esta carga no recaiga sobre los que ya están desposeídos. El silencio, en ciertos momentos de la historia, no es oportuno.

 Al concederme la más alta distinción literaria, el trabajo de escritura y de búsqueda personal realizado en la soledad y la duda se colocan bajo una gran luz. No me deslumbra. No considero la concesión del Premio Nobel como una victoria individual. No es orgullo ni modestia pensar que se trata, en cierto modo, de una victoria colectiva. Comparto el orgullo con quienes, de un modo u otro, desean más libertad, igualdad y dignidad para todos los seres humanos, independientemente de su sexo y género, su piel y su cultura. Los que piensan en las generaciones futuras, en la salvaguarda de una Tierra que el apetito de lucro de unos pocos sigue haciendo cada vez menos habitable para todas las poblaciones.

 Si remonto sobre la promesa que hice a los veinte años de vengar a mi raza, no puedo decir si la he cumplido. Es de ella, de mis antepasados, hombres y mujeres empeñados en tareas que les hicieron morir demasiado pronto, de donde recibí fuerza y rabia suficientes para tener el deseo y la ambición de hacerles un lugar en la literatura, en ese conjunto de voces múltiples que, muy pronto, me acompañaron dándome entrada a otros mundos y a otros pensamientos, incluido el de insistir contra ella y querer cambiarla. Inscribir mi voz de mujer y de tránsfuga social en lo que ha sido siempre un lugar de emancipación, la literatura.

Traducción de Juan Pablo Carrillo

miércoles, 7 de diciembre de 2022

LAS MEJORES PELÍCULAS DEL 2022: EL CINE SOBREVIVE AL APOCALIPSIS

 

Este año nos abandonaron los grandes. Godard, Ray Liotta, Jean-Louis Trintignant, Fabio Restrepo. E.T” y “Pura sangre” cumplieron 40 años.“El Padrino” cumplió 50, “Nosferatu” cumplió cien años y se estrenó la nueva temporada de “Matarife”. A pesar de los malos augurios, el cine sigue en pie. 

Aquí mis mejores 30 de ficción y 10 documentales.

1.  La película del año:  EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA. Director: Ruben Östlund . SUECIA  (Para leer comentario aquí)

2. ARGENTINA 1985.Director: Santiago Mitre. ARGENTINA (Para leer comentario aquí)

3. ABRÁZAME FUERTE. Director: Mathieu Amalric. FRANCIA

4. GRAN LIBERTAD. Dir: Sebastian Meise. AUSTRIA

5. DELICIOSO . Eric Besnard. FRANCIA (Para leer comentario aquí)

6. UN SEGUNDO Director: ZHANG YIMOU . CHINA

Cuando vi su primera película pensé que Zhang era Santo en chino. De manera que organicé un altar con todas sus películas y cada vez que estoy desparchado me veo una, cualquiera, escogida al azar. Sorgo Rojo, Vivir, Héroe, la maldición de la flor dorada, la casa de las dagas voladoras.

Sobra decir que cumple años en mi día escorpión: 14 de noviembre. “UN SEGUNDO” es una declaración de amor a los teatros de barrio. Una ternura hacia el cine en soporte celuloide y la fuerza de un padre que hace lo que sea por su hija. Muy bien, maestro Yimou felicidades al otro lado del mundo y acá le llueven aplausos. Con los ojos rasgados.

7. LUNANA, UN YAK EN EL SALÓN DE CLASE . Pawo Choyning Dorji. BUTÁN  (Para leer comentario aquí)

8. DRIVE MY CAR. Ryûsuke Hamaguchi. JAPÓN

9. TIEMPO DE SECRETOS. Christophe Barratier. FRANCIA

10. BELLE EPOQUE. Nicolas Bedos. FRANCIA

11. BELFAST. Kenneth Branagh. REINO UNIDO

12. PANTANO AZUL. Justin Chon. USA

13. CUANDO LAS GRANADAS AÚLLAN. Granaz Moussavi. AUSTRALIA/AFGANISTÁN

14. RAYMOND AND RAY. Rodrigo García. USA/COLOMBIA

15. LOS REYES DEL MUNDO. Laura Mora. COLOMBIA (Para leer comentario aquí)

16. TANTAS ALMAS. Nicolás Rincon Gille. COLOMBIA (Para leer comentario aquí)

17. BUENA SUERTE LEO GRANDE. Sophie Hyde. REINO UNIDO (Para leer comentario aquí)

18. EL PALACIO IDEAL. Nils Tavernier. FRANCIA

19. CLARA SOLA. Nathalie Álvarez Mesén. COSTA RICA

20. EL TRIUNFO. Emmanuel Courcol. FRANCIA

21. DECISIÓN TO LEAVE.  Chan-Wook Park. COREA DEL SUR

22. LA TRAGEDIA DE MACBETH. Joel Coen. USA

23. EL ACONTECIMIENTO. Audrey Diwan. FRANCIA

 24. COMPARTIMIENTO 6. Juho Kuosmanen. FINLANDIA

25. LA ISLA DE BERGMAN . Mia Hansen-Løve. FRANCIA

26. EL BAILE DE LAS LOCAS. Mélanie Laurent. FRANCIA

27. BOILING POINT. Philip Barantini. REINO UNIDO

28. LAS COSAS QUE DECIMOS, LAS COSAS QUE HACEMOS. Emmanuel Mouret. FRANCIA

29. LICORIZZE PIZZA. Paul Thomas Anderson. USA

30. NOP!. Jordan Peele. USA

LOS MEJORES 10 DOCUMENTALES

Los documentales nos trajeron la verdad. ALICE GUY , la gran pionera del cine Y ENNIO EL MAESTRO, encabezaron la no-ficción del año.

1. SÉ NATURAL: LA HISTORIA NO EXPLICADA DE ALICE GUY-BLACHÉ.  Pamela B. Green. USA

Alice Guy, la gran directora olvidada. La que inventó el cine desde sus comienzos estuvo esquiva a la mirada de los historiadores importantes: Ni Sadoul, ni Bazin, ni Truffaut la mencionan. Más de mil películas . La primera dirigida un año después de inventado el cine ( 1896) cuando apenas tenía 23 años. El documental le hace justicia para que su obra sea recuperada. 

Aqui, el maravilloso cabezote que da inicio al documental de Alice: 

2. ENNIO, EL MAESTRO. Giuseppe Tornatore. ITALIA. Por mas que busco en la historia, no encuentro a ningún músico que haya compuesto tal cantidad de bandas sonoras de películas. Más de 500! Para directores tan diversos como Tornatore , Sergio Leone, Tarantino…

3. SUMMER OF SOUL. Questlove. USA. Nostalgia del Festival cultural de Harlem sucedido en 1969

4. EL PROFESOR BACHMANN Y SU CLASE . Maria Speth. ALEMANIA Mirada educativa a los estudiantes y profesores del colegio público de la ciudad de Stadtallendorf.

5. FRANK ZAPPA. Alex Winter. USA Sobre el músico experimental e innovador

6. FAYA DAVI. Jessica Beshir. ETIOPÍA. Viaje por las tierras de Harar y el uso de las plantas psicotrópicas como rituales espirituales

7. RETRATO DE UN ARTISTA SIEMPRE ADOLESCENTE ( UNA HISTORIA DE CINE EN CUBA) . Manuel Herrera. CUBA. Retrato del cineasta Julio García Espinosa, gran autor del cine caribeño

8. RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL. Jonathan Perel. ARGENTINA. Muchos empresarios pasaron de agache cuando se juzgo a los militares. ¿Quienes estuvieron detrás en apoyo y financiación de los crímenes de lesa humanidad?

9. ASCENSIÓN . Dan Deacon. CHINA. La producción China invadió el mundo con sus artículos. ¿Como logro esa eficiencia?

10. AGATHA CHRISTIE :100 AÑOS DE SUSPENSE. Sean Davison. REINO UNIDO Para conmemorar el centenario de la publicación de la primera novela de Agatha Christie, "El misterioso caso de Styles"

 LA SERIE DEL AÑO

THE OFFER 

Michael Tolkin (Creador), Dexter Fletcher, Adam Arkin, Colin Bucksey, Gwyneth Horder-Payton. USA.   Nos cuenta los pormenores, los dires y diretes del rodaje de “El Padrino”. Cualquiera pensaría que sobre la obra maestra de Coppola ya todo está dicho. “The Offer” nos dramatiza situaciones desconocidas. Un manjar para los cinéfilos

martes, 6 de diciembre de 2022

DELICIOSO : EL CORRIENTAZO COMO AGENTE DE CAMBIO

 

“Delicioso” dirigida por Eric Besnard, nos cuenta un momento clave del estómago humano: el momento exacto en que a un visionario se le ocurrió abrir el primer restaurante y vender un corrientazo al medio día. Hoy, es un emprendimiento usual : comprar mesas y sillas y ubicarlas en el andén. Poner a funcionar la cocina familiar para ganarse unos pesos. Pero, ¿cómo empezó la cosa?

La verdad, es que desde 1765 fueron apareciendo los almorzaderos en Parìs y luego se extendieron por toda Francia. Fueron 15 cocineros que tenían una cosa en común: todos habían sido echados de algún castillo ricachón. Y ahí es donde “Delicioso” adquiere actualidad. Es imposible no hacer un paralelo con nuestros países. Muy parecido al hastío que generaba la tal nobleza francesa ( arbitraria, parásita, ladrona)

Pierre es un chef que lo dio todo para agradar a su jefe, el duque de Chamfort. Los castillos se habían convertido en sitios donde se gastaban los impuestos de la gente en extravagancias. Y la plebe lo sabía por boca de la servidumbre. ¿Se les hace parecido?

- Todo cine es político, incluso las películas que pretenden no serlo - me dijo Costa-Gavras una vez comiendo un corrientazo en un “paladar” habanero.

La pelicula aporta un dato inèdito de la Revolucion francesa, esto es, el papel que jugaron los restauranteros en la concientización de la gente. El restaurante casero como foco de descontento.

“Delicioso” nos incita a comer sabroso y a cuestionar a esa élite glotona y parásita que nos tiene estancados en la edad media.