lunes, 15 de agosto de 2022

BUENA SUERTE, LEO GRANDE: LA COMEDIA DEL AÑO

 

(estas líneas son dedicadas a ti, solo a ti)

“La agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.”

FEDERICO GARCÍA LORCA

Emma Thompson aguanta toda la película. Llena la pantalla, titubea, está insatisfecha. Lleva toda la vida preguntándose para que carajos llegó a este mundo. Ha soportado un matrimonio sin gracia durante 31 años. Ha vivido unos polvos chatos y mecánicos. Sobrelleva, como no, la agonía del alma insatisfecha. Es una aficionada a las palabras, sin embargo, la palabra “orgasmo” la tiene bloqueada. No le encuentra sentido.

La directora Sophie Hyde y la guionista Katy Brand nos regalan su punto de vista sobre los estragos de la religión en el alma de la mujer, los estragos del patriarcado y las secuelas de las malas cogidas. Una comedia que bien envidiaría el Polanski de sus primeros años y el Billy Wilder que dirigía a Shirley MacLaine. Lo de Polanski es por el encierro. La cámara es capaz de tenernos agarrados en un cuarto de hotel y lo de Wilder es por los diálogos punzantes. El encierro es físico pero también es mental.

La película es un mano a mano generacional entre la siempre bella Emma Thompson y Daryl McCormack ( el tipejo de “Peaky Blinders”). Sólo dos actores se pasean por sus cuerpos, sus palabras y sus amarguras durante 97 minutos.

Rodada enteramente durante la pandemia, película cuyo bajo costo es inversamente proporcional a su genialidad.



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