sábado, 20 de mayo de 2023

CARTA ABIERTA A JOHN CASSAVETES. Por Jim Jarmusch

 


Siento algo muy particular cada vez que me dispongo a ver una de sus películas. Un sentimiento de anticipación: la llegada de algo que he esperado con ansiedad, una especie de iluminación cinematográfica. Espero un estallido de inspiración. Quiero ser un iluminado. Necesito que se me revelen las consecuencias secretas del corte de una escena a otra. Necesito entender cómo la crudeza de las posiciones de cámara o el granulado del material inciden en la ecuación emocional de sus films. Quiero aprender de actuación a partir de los personajes, saber sobre la atmósfera y la luz de determinados escenarios. Estoy listo, preparado para absorber “la verdad a veinticuatro cuadros por segundo”.

Pero lo que ocurre es que empieza la película, y la película me mete adentro, y de golpe estoy perdido en la oscuridad, solo, y los seres humanos ahora viven en ese mundo dentro de la pantalla y también ellos parecen perdidos y solos. Los miro. Observo cada detalle de sus movimientos; escucho con atención lo que dicen, los bordes gastados del tono de una voz, la malicia escondida en un fraseo. Ya no pienso en la “actuación”, ni en el “guión”, ni en la “cámara”.

La iluminación que esperaba recibir de usted ha sido reemplazada por otra. Una iluminación que no invita al análisis; sólo a la observación y la intuición. Sus películas, John Cassavetes, son sobre el amor, la confianza y la desconfianza; sobre la soledad, el gozo, la tristeza, el éxtasis y la estupidez. Son sobre la inquietud, la ebriedad, la resistencia y la lujuria; sobre el humor, la terquedad, la falta de comunicación y el miedo. Pero básicamente son sobre el amor, y uno se ve arrastrado a un lugar mucho más profundo que el que puede mostrar cualquier estudio sobre la “forma narrativa”. Lo que sus films iluminan y terminan revelando es que una cosa es el celuloide y otra son la belleza, la extrañeza y la complejidad de la experiencia humana.

John Cassavetes, me saco el sombrero. Y me lo pongo sobre el corazón.

VANGELIS, MÙSICA EXTRAÑA PARA UN PUBERTO

                             

 Blade Runner la estrenaron en el Cinema 1. No duró casi nada en cartelera porque no gustó. El voz-a-voz de radio bemba regó el cuento de que era confusa y oscura. Que había basura por todas partes. Hasta críticos respetables como Roger Ebert, Leonard Maltin  y Diego Galán le dieron duro.

"Nunca me interesaron los personajes, solo me gustaron los efectos especiales; es una película bonita de mirar, pero por la que resulta difícil preocuparse", apuntó Ebert. “Es un desastre en lo relativo a narración"- sentenciò Maltin. Y Galán la remató: "Más parece en ocasiones un spot televisivo que una película hecha seriamente. Debería costar menos la entrada"

El caso es que los pelaos del colegio salimos deslumbrados. Sólo conocíamos a Harrison Ford por su papel en “La guerra de las galaxias”.

También fue un fracaso de taquilla en el mundo entero. En fin, no iba a hablar de “Blade Runner” sino de su banda sonora. En ese momento era un sonido extraño. Nuestros oídos estaban preparados para el timbal de Tito Puente y los toques de la Fania. ¿De dónde habían salido esos sonidos metálicos? En la casa musical Alcibiades Bedoya habían traído el vinilo de la banda sonora. “Por error”- nos dijo el empleado en voz baja. Porque, ¿“a quien se le ocurre sentarse a escuchar eso en la casa?”. “Tal vez con un cacho de marihuana”- se respondía a sí mismo.

Vangelis no fue un músico prolífico en el cine como si lo fue un Ennio Morricone, por ejemplo. 15 películas parecen poco, pero lo de él era experimentar con muchas posibilidades y el cine era una más.

Más tarde, cuando hacíamos televisión agarramos el LP de “Carros de fuego” y le dimos como a violín prestado. En ese tiempo no había problema con los derechos de autor. En Hollywood no sabían que existíamos, de manera que se ambientaba con Vangelis cuanta cosa se estaba editando. Esa es su banda sonora más pegajosa y por la que ganó el Oscar.

Aquí mi lista del top de Vangelis en el cine.


1.Carros de Fuego

2. Blade Runner

3. Desaparecido

4. El año en que vivimos peligrosamente

5. Lunas de hiel

6. 1492: la conquista del paraíso

7. El Greco

8. Francesco

miércoles, 10 de mayo de 2023

DOBLETE, CINE CONTINUO

 

Como en los viejos tiempos, hoy nos fuimos de doblete en el cine club de los sábados. Dos películas independientes, de bajo presupuesto, Yo le llamo "Oscares Chiquitos" a estas películas que clasifican a los Premios de la Academia que retratan pequeños universos y , a la vez, grandes dramas.

CAUSEWAY con la bella Jennifer Lawrence recién llegada de la guerra de Afganistán. Ya hemos visto el retorno del soldado a su país ? Si. Muchas veces. “Nacido el 4 de Julio” y “Regreso sin gloria”, por ejemplo. Acá no hay espectacularidad, ni siquiera escenas de guerra atronadoras. Jennifer regresa, no a pedir empleo como los excombatientes sino que se quiere curar para volver a la batalla. El escenario no podía ser otro que Nueva Orléans. Microcosmos donde se encuentran los dos personajes: Ella vuelve de la guerra enferma y él que nunca fue a la guerra vivió su propia guerrita interior y se encuentra mas mutilado que ella.

El título de la película remite a la acera larga que atraviesa un lago. Y el lago, como no, es el Pontchartrain que tiene uno de los puentes mas largos del mundo. Los personajes sufrirán y   encontrarán el agua como elemento purificador.

EL IMPERIO DE LA LUZ” narra la muerte lenta de un teatro inglés en 1981. ¿Porque ese año? Es el año de “Carros de Fuego”, de “Cazadores del arca perdida”, “Reds”, “Mefisto”.  Es un año de quiebre en muchos sentidos. Es la popularización de la cinta de Betamax que llevaría el cine a la sala de la casa. Es el año en que Reagan y Margaret Thatcher nos metieron en la mentira del neoliberalismo, Y el año en que el imperio inglés se asusta porque las colonias que antes había saqueado, ahora mandan a sus habitantes negros a buscar trabajo a Londres.

En muchas ciudades del mundo, existió un teatro llamado “Imperio” pues se acuñó la máxima de que “el cine es el imperio de la luz”. Aquí en Cali existió uno en el barrio Belalcázar. Aunque el teatro de esta película se parece más al teatro Aristi, con su bello tapizado y el estilo art decó. Interesante que un director como Sam Mendes se le mida a una película de pequeña producción habiendo dirigido producciones de James Bond. Estuvo nominada a mejor fotografía, pero no ganó. El maestro Roger Deakins ya lo ha ganado todo.

viernes, 5 de mayo de 2023

FREUD : EL SECRETO DE ESTANISLAO ZULETA

 Uno de los placeres del cineclubista de antaño consistía en entrar a una bodega de películas de 35 m.m. En Cali había varias: la de Egidio Linares en Versalles, la de Mario Perlaza en San Nicolás, la de Elephant films en San Vicente, la de Cine Colombia en San Nicolás. El olor de las bodegas era único. Uno sentía el aroma de Marilyn (¿los caballeros las prefieren rubias?), de Brigitte (¿Y Dios creó a la mujer?), el olor a pólvora (¿El pequeño gran hombre?), el aroma del coño (¿El imperio de los sentidos?)

Sartre y Huston : amores difíciles

Eso hoy suena a Prehistoria, pero no es una galaxia muy lejana. Estamos hablando de los años noventa en el Cine Ojo del Teatro Calima. Una película tenía entre 5 y 8 rollos dependiendo de su duración. Cada rollo duraba 20 minutos por lo que era imprescindible que la sala estuviera equipada con dos proyectores para no interrumpir la película cada 20 minutos. Una película, que hoy cabe en una memoria USB, ocupaba la cajuela de un automóvil. La cultura pesaba mucho.

En medio del cine malo (que era la mayoría de títulos como siempre, como ahora) se hallaba una que otra película de autor, una joya de colección. Era como encontrar un delfín rosado en un mar infestado de pirañas.

Le montamos cacería a “Freud: Pasiones secretas” dirigida por John Huston. Estanislao Zuleta nos había advertido en la cafetería de Univalle:

- Si la encuentran les tengo una sorpresa

Empezamos el rastreo. No sabíamos si aún existía porque las copias se dañaban de tanto proyectarlas y la película había rodado en todos los cineclubes de Colombia. Aunque no era de las favoritas del cine club de Cali, la habían programado un par de veces.

Y la encontramos. Por allá en medio de porno-chanchadas y comedietas, reposaba el psicoanalista impasible interpretado por Montgomery Clift.

El Facebook de nuestra época era el cartel de la editorial La Linterna que se imprimía con caracteres de plomo. El cartelito se pegaba en el muro con engrudo de almidón de yuca.  Y una brochita.

SOÑAR ES DE MALA FE.

Teatro lleno en Unicentro. Break para almorzar y auditorio hasta las banderas en la U. Zuleta llega a mediacaña con un mamotreto debajo del brazo. Unas 800 hojas fotocopiadas en francés:

-      ¿Saben que esto? - Y levantó las hojas en abanico - Es el guion escrito por Sartre. Quien luego abominó de la película y pidió que lo sacaran de los créditos

Es cierto que la relación de Huston con Sartre fue la peor. “Una cosa peor que un genio, son dos genios” – me dijo una vez Fernando Trueba.

Huston revisó el guion y decidió que la película no podía ser muy larga:

-      Un espectador de Texas puede ver tres horas de gladiadores, pero no de complejos y paranoias.

Escogió la parte que le pareció mas atractiva. Esto es, el Freud joven que duda y casi abandona la búsqueda. Nos perdimos de ver a Marilyn Monroe en el papel de Cecily . La versión mas ajustada es que el psicoanalista de Marilyn le sugirió que rechazara el papel porque se podría enloquecer mas. ¡Una histérica interpretando a una histérica!

Es una lástima que en aquel momento carecíamos de los recursos audiovisuales de ahora. Nadie grabó la charla de 4 horas donde el maestro se paseó por la filosofía, el cine y el psicoanálisis. Nos echaron del auditorio y nos fuimos, de remate, a bailar pachanga en casa de Estanislao.

Aquí, pueden descargar el guion en español y en impecable edición.

https://www.mediafire.com/file/s42t1q85d3x5n86/Sartre_-_Freud._Un_gui%25C3%25B3n.pdf/file