El noticiero del mediodía actualizaba la tragedia que aún
no había sucedido en la madrugada y en la tarde reaparecían los melodramas. A
las 5 de la tarde el país se paralizaba por “Kalimán” . Confieso que nunca me entusiasmó
este hombre increíble del turbante. ¿La razón? Pues, ¿Qué diablos hacía un
cuarentón, buen mozo, de ojos azules y fornido con un niño de 9 años que no era
su hijo, que no era sobrino, que no era ahijado? Preferíamos salir a coger
grosellas por los lados de la autopista Simón Bolívar. A medida que avanzábamos
entre los chamizos, ensayábamos la parodia e imitábamos al narrador de voz
rasgada:
“ Kalimán y Solín llegaron a aquella mansión desolada (
sonido de grillos y croac, croac). Presos del cansancio se tumbaron sobre la
vieja hamaca ( croac, croac) . De repente , el grito de Solín rompió el
silencio”:
-
No , Kalimán, por allí no Kalimán. Me duele,
Kalimán
“Arandú, el príncipe de la selva”, me caía mejor. Siempre
andaba con indias torsidesnudas, voluptuosas, dispuestas a flechar al enemigo.
Una de las imágenes que siempre llevo en la memoria, es
la de la familia concentrada escuchando la radio y todos mirando fijamente al
aparato. No porque pensaran que de allí saldrían imágenes. Nada de eso.
Simplemente miraban a un punto fijo para imaginar la historia, para irla
poniendo en escena y no perder concentración.
Los locutores de emisoras musicales eran caso aparte. Nadie
en mi barrio tenía teléfono, de manera que se dependía del teléfono publico de
la esquina. Ese aparato era la única interacción con el mundo. El ciudadano se
aperaba de monedas y del papelito que contenía miles de teléfonos. Si fallaba
alguno, se llamaba a otro. Coronar la fila era un triunfo épico. Y el momento
esperado era cuando el locutor lanzaba su onda hertziana:
-
Reportando oyentes potentes en el barrio El
Guabal, José le dedica a Carolina “Mi sueño” del gran Willie Colón. Radio Tigre
una fiera en sintonía.
La radio fue perdiendo fuerza a medida que se impusieron
las audiovisuales. La multiplicación de canales televisivos y de las
plataformas le han quitado oídos. Aquí, mi pequeño homenaje a los tesos de los tímpanos.
Aquel tiempo cuando la radio tenía chorros de voces.
https://www.youtube.com/watch?v=n4tCySmR0KU&t=58s
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