Kubrick dirigiendo a Garret Brown y su steadycam, en el laberinto de Resplandor |
“Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás.” Robert Frank
Siendo muy chico, me
metí al teatro Alameda a ver Resplandor de un tal Kubrick. Salí
al borde del desmayo en aquella escena final del laberinto. Con el tiempo
descubrí que Kubrick había utilizado un artefacto llamado steadycam. El maestro
Stanley no lo inventó, pero si lo perfeccionó dándole ideas nuevas a su
inventor Garret Brown. Garret había ensayado el juguete en Bound for Glory (1976) , de Hal Ashby y también en Rocky. Más tarde, Luis Ospina nos habló
de los “matrimonios” de grandes
realizadores con sus camarógrafos y directores de fotografía. No se concibe la
obra de Bergman sin Sven Nykvist, los primeros Scorseses no los podemos
imaginar sin su compadre Michael Chapman.
Trabajar con un buen cameraman es la felicidad, porque
interpretan lo que uno ya ha visualizado en la cabeza. Y si hace aportes con su
experiencia, mejor. Por eso, va mi reconocimiento a los camarógrafos que son a
los que les toca el corre-corre, son los últimos en irse porque hay que guardar
hasta el último cable. Eso sí, el camarógrafo siempre se queda con la mejor chica.
Ahí va mi pequeño
homenaje:
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