miércoles, 23 de noviembre de 2022

PURA SANGRE, 40 AÑOS DESPUÉS

 

Por Alberto Ramos Garbiras.

(Nota del Blogger: Este texto fue publicado originalmente por el autor en el diario “El Pais” de Cali, hacia marzo de 1983, lo reproducimos tal cual se publicó en su momento con motivo de los 40 años de la película dirigida por Luis Ospina)

Durante el XXII Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, "Pura Sangre" del director caleño Luis Ospina obtuvo 2 Indias catalina por el mejor sonido, a cargo P. Pearle y por la mejor actriz Florina Lemaitre. Este largometraje argumental, sobre el cual existían todas las expectativas para obtener el 1er. premio, recrea la historia del monstruo de los Mangones que asoló a Cali durante la década del 60s . Luis Ospina demostró su capacidad creativa pero no logró la obra anunciada. La historia se cae por la misma pasividad de los protagonistas y la ausencia de la violencia. El horror, el terror, los nervios crispados, no existen. Se había anunciado con estos ingredientes y la violencia se esfuma, la sangre queda reducida en bolsas de plástico. No es que se exija truculencia ,demencia y derroche de efectos especiales, como en "El Hombre Lobo en Londres" de John Landis o en "Zombie" de George Romero; pero si un mínimo espectacularidad en la acción. Todo se soluciona con simples cortes de plano (elipsis).

 

Facsímil de la publicación original

“Pura Sangre'', recrea también la a nocturna caleña y la fraseología de personajes medios de la ciudad, a través de los actores Humberto Arango y Carlos Mayolo. Los contrapuntos  incluidos denotan la habilidad del director. Es el caso del plano sobre el acuario ubicado a un lado del escritorio donde el hijo de Roberto Hurtado dialoga con el médico extranjero sobre él tratamiento curativo a seguir: las transfusiones. Una vez se explica el método para la sobrevivencia del monstruo, se observa con mayor énfasis cómo un cofre sumergido en el acuario ,se abre y se cierra, lleno de joyas; coetáneamente un esqueleto en miniatura se mece con fruición, indican pues estos objetos el valor del tratamiento y la presencia de la muerte sin lugar a dudas es un bello contrapunto.

 

Otro contrapunto acertado es el del palillo ensangrentado mientras Carlos Mayolo, solicita sangre, antes de iniciar la racha de asesinatos, afuera en el vehículo lo espera Luis Alberto García (Adolfo Hurtado), quien al extraer el palillo se da cuenta de su encía sangrante. Este efecto, también es premonitorio. El plano medio donde emerge la sombra del monstruo de los mangones, hasta ocupar toda la pantalla es sin lugar a equívocos de una perfección completa. Lamentablemente este recurso se utiliza 2 veces más, haciéndole perder el valor inicial dentro de la totalidad del film.

Gilberto Forero (Mr Fly) que desempeña el rol del monstruo (según el guion él no sabía que era monstruo Falencia – Ingenua), posee buena fisicidad, como diría Robin Wood, refiriéndose a los personajes de Arthur Penn. Ese acertado aspecto físico para el papel, se pierde con la falta compaginación de su voz para con el personaje enfermo, acabado, extenuado. El público se ríe cada vez que habla, es una voz vigorosa, juvenil que aísla y desdobla al personaje. Sin exageración y ánimo vituperatorio, allí se encuentra la mayor falla. Carlos Mayolo, logró un personaje cínico y demoledor, aunque se observa muy marcado por el guión.

Dos momentos de la película nos recuerdan y remiten ineluctablemente a filmes anteriores. Cuando Carlos Mayolo en su humilde casa, dentro del cuarto de fotografía hace posar a la niña que vive su primera comunión, el cinismo no se hace esperar y la remisión a Dios es satírica; esta secuencia es similar a la de "Ensayo de un Crimen", de Buñuel, cuando Archibaldo induce a Carlota para que rece e invoque a Dios. Es similar en la forma y el contenido, sólo difieren en la conducta del personaje. La niña de "Pura Sangre" es inocente e inconsciente y Mayolo consciente de la fanfarronada; la mujer de “Ensayo de un Crimen" es consciente de su conducta y de su pre- adulterio, y archibaldo consciente de la fanfarronada. En ambos films el sujeto activo se burla y el pasivo difiere pero acata las sugerencias: en ambos está presente el corrosivo cuestionamiento a la moral-cristiana.

El otro momento lo encontramos en la escena donde Roberto Hurtado se percata del origen de la sangre. Posteriormente en disputa con su hijo Adolfo rechaza esa conducta. Esa ingenuidad del personaje, ese vampirismo indeseado, no consentido, debilita la "calidad" del protagonista, por lo menos la que debía tener Klaus Kinski, un vampiro tan débil y humano en "Nosferatu", se deja extinguir por un rayo de sol para poder lograr el goce sexual con Isabela Adjani, pero alcanza su goce; el monstruo de Ospina destapa su vulnerabilidad (enemistándose con su hijo-protector, sin alcanzar el goce (obsérvese que ni satisfacción erótica con la enfermera, que el espectador imaginaba cuando le frota los pies); en el vampiro de Herzog existe la recompensa, el vampiro de Ospina no pide nada a cambio, he allí la gratuidad de su muerte: ambos eran vitales: dependían de la sangre.

La muerte de Nosferatu tiene un clima creado (la espera del amanecer), lógico, es el personaje central. La muerte de Hurtado se produce sin clima suficiente, desaprovechándose el suspenso. Pero esta falencia tiene inmediatamente su contraprestación. Al eliminarse el motivo de la hemofilia criminal y cesar los crímenes, con desfachatez los personajes secundarios instauran la Milagrería (explicada y justificada en el sermón del entierro, antes no); la suciedad de sus conductas encuentra allí la máxima expresión, escena que resalta toda la ingenuidad de un pueblo que pide favores por la exaltación de terceros, pero que desconoce la proveniencia del "santo". Pueblo desalentado y famélico que acude a cualquier Dorita(en Piendamo) o, a cualquier Leo S. Koop(en Bogotá).

Christian - Metz refiriéndose al concepto de lo verosímil después de la interpretación Aristotélica, dice... "es verosímil lo que se adapta a las leyes de un género pre-establecido. En ambos casos, lo verosímil se define respecto a los discursos, es más, a los discursos ya pronunciados, y, por consiguiente, se presenta como un efecto de corpus: las leyes de un género se obtienen de las obras precedentes de dicho género, es decir de toda una serie de discursos...". (1).

El género de terror ya con variantes múltiples ha abandonado el desangre natural (Succión), para abordar el desangre sofisticado (mutilaciones truculentas) y un subgénero como el horror, que estaría por definirse y adquirir su propio espacio, tiene inevitablemente que tomar elementos del terror o convivir con él (sucede lo mismo con el cine de Gánsteres y el cine negro o policíaco); entonces se podría justificar esa debilidad del vampiro, solamente después de las desmitificaciones que ha sufrido por ejemplo con un Mel Brooks. Esa sería la única explicación.

Las declaraciones del "negro-asesino", están nutridas de un texto acucioso de confesión, e inteligente del contenido. Allí está condensado todo el humor del director. Es de una hilaridad total. Lástima que no se haya filmado en betamax, para darle al espectador la presencia de la verdadera entrevista, y no tener que acudir al desplazamiento de la cámara desde atrás del televisor. Lo mismo con las declaraciones del reportero Ramiro Arbeláez.

Indudablemente "Pura Sangre" funcionará en el mercado colombiano y en el mercado latinoamericano, pero es una película que no trascenderá en el mercado internacional, no por herodianismo hacia las producciones de terror de "La Universal" sino por carencia de terror. De todas maneras es una película talentosa y de buena factura, atravesada por un humor corrosivo.

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(1) Christian Metz. "El decir y lo Dicho en el Cine". Escrito insertado dentro de la compilación "Problemas del Nuevo Cine". Alianza Editorial. Madrid 1971. Página 46.

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