Dejé de ver fútbol hace mucho tiempo. Estando en la primaria de la escuela San Roque, disfruté del amague de Willington Ortiz al Pato Fillol. Y ahí me quedé. Hasta la gorda Matosas quedó descaderada esa noche. Pertenezco a la generación que nunca había visto a Colombia en un mundial. De manera que Italia 90 fue el bálsamo del retorno.
" GOLES EN
CONTRA" , miniserie de 6 capítulos, abarca un periodo de tiempo convulso (
existe algún periodo de nuestra historia que no sea convulso?) . Va desde 1987
cuando Francisco Maturana asume la dirección técnica del Atlético Nacional
hasta el 2 de Julio de 1994 cuando asesinan a quemarropa a Andrés Escobar. Siete
años donde ocurrió de todo. El Eme hizo la paz, volaron El Espectador, volaron
el avión de Avianca, murió la vieja Constitución, nació la nueva, mataron a los
candidatos que habrían podido cambiar a Colombia, masacraron a la UP, vino Yair
Klein. En fin.
FUTBOL Y BALA
Hay un documental que me
gusta mucho, “La patada final” ( 1994), donde 40 cineastas cuentan lo que
sucede en sus respectivos países mientras se está jugando la final de la Copa Mundo
USA-94. En sitios remotos de Rusia, Los pirineos, Irán, los andes bolivianos…Pero
el segmento de Colombia rompe con todo: Víctor Gaviria no muestra a la gente
frente al TV, sino que va a la escena del crimen de Andrés Escobar.
“Goles en contra” cuenta
un desenlace que ya conocemos. El asesino es el lavaperros. El héroe muere
acribillado. El capo muere acorralado en un tejado. Ya conté todo y, sin
embargo, el guion te atrapa. ¿Cómo lo hace? Porque “Goles en contra” no es una
miniserie sobre el futbol, sino sobre un país que cuenta muertos como quien canta
goles. El futbol es el pretexto para llevarnos a la fosa común.
Las élites lo saben, de
manera que desde tiempos remotos se lee el mismo titular: “La selección mantiene al país unido”. Los que nos dividen son las
élites.
Me late que de todas las
subtramas la más fascinante es la de Maturana. ¿Lo puedo comparar con Valdano, a
riesgo de aparecer flotando en el rio Cauca? Si, ya sé que los sabios del Face
me gritan que Valdano fue campeón mundial y es literato fino. Pero Maturana, le
cambió la mirada al futbol. “Se juega como se vive”, “Perder es ganar un poco” “Aristizábal
es el mejor jugador del mundo sin balón”. En medio de sus dichos, el odontólogo
es sabio y sobrio, en un país donde escasean esas dos virtudes. Y el actor
logra un perfomance perfecto. La mirada, el verso, la idea de que la selección
representa a las regiones de acuerdo a la geografía: paisas conservadores van
para la defensa, los alegres costeños ponen la gambeta, los pujantes vallunos
van adelante como una tromba.
“Goles en Contra” nos
deja una lección amarga: Colombia es un país delirante. Eso ya lo sabíamos gracias
a Gabo, A Victor Gaviria y a otros. Pero el delirio aquí es como lo decía Lacan: “es
así el intento de curación del sujeto como respuesta a lo real del lenguaje”. Ya
ven, Maturana intentó racionalizar la locura, moldear la tragedia.
BOMBA CAMARÁ
Los realizadores se la
juegan con la cámara cenital. Con ello, se ahorran el plano multitudinario al
estilo “El secreto de sus ojos” o “Invictus”. Combinan la crudeza del
noticiero con la ficción de los personajes: ¿al que vemos es al malogrado
Felipe Pérez o al “Torito” Cañas? ¿La gerente del equipo, está inspirada en una
legendaria dirigente caleña?
Los personajes viajan en
medio de los vasos comunicantes de la realidad y la ficción. No hay nada más
ficcionado que el noticiero nacional. De ahi, nos queda la amargura de la
repetición. Al final sólo cambiamos de cartel, porque al igual que el personaje
de Luchino Visconti: “hay que cambiar
para que todo siga igual”. Y, en la secuencia final, el proceso ocho mil siguió
la cosa igual (o peor).
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