En noveno grado, se nos apareció la virgen: la profe de química se enamoró del papi del salón. El compa de apellido Toro (un gordo al que apodábamos Raging Bull) conquistó a la dama con saliditas al kilómetro 18 en el carro que le prestaba el papá. El cucho trabajaba con los mágicos y gracias a ese sombrero de mago conocimos el primer Betamax llegado a Cali.
Ese romance nos dio patente de corso para sacarle el
cuerpo a la clase de química y así enamorarnos del cine. El gordo Toro embestía
la tabla periódica para exonerarnos y sacar la máxima calificación sin necesidad
de gritar “presente”.
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No
jodás gordo, tenés que mantenerla contenta, te compramos flores si querés . Al
menos aguantá hasta que nos graduemos.
Saltábamos la tapia
del colegio y caíamos directamente al teatro Alameda. Veíamos todo tipo de
cine, sin filtros, desde porno en el cine Oro hasta serie Z en el María Luisa. Apenas
éramos cinéfagos.
Y anunciaron una
película con Jack Nicholson. Doblete, pague una y lleve dos. Por primera vez en
nuestra vida, caíamos en cuenta de algo que hoy sabe hasta un niño de pre-escolar: las
películas no se hacen solas, alguien da las órdenes. ¿Como así que existe una
profesión llamada director de cine? Y allá, en el afiche, en letras chiquitas, aparecía el hombre de las
galletas. Directed by Stanley Kubrick.
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Tiene
nombre de genio – dijo Ramírez
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Hay
que ubicarlo para invitarlo a una Póker -
dijo Suárez.
Hasta el profesor más
inteligente del colegio nos salió con la estupidez de “ ¿a quién le interesa un señor que filma películas? A mi pregúntenme
por escritores, filósofos, pintores…”
Pero alguna mente lúcida
nos advirtió que a la Alianza Francesa llegaba la biblia del cine llamada Cahiers du Cinema. Efectivamente
la madame nos dice que les acaba de llegar la última edición, en caliente,
donde incluso le dan portada a la película. En páginas centrales, el crítico
Oudart anotaba que Resplandor es «una
obra de gran cultura, y de una cultura que no está muerta»
El texto iba acompañado
de fotogramas de la película y de una foto borrosa del maestro. Con una cara de
genio!!! Y una cara de llamarse Stanley Kubrick, que no podía llamarse de otra
manera.
Pero a la película le
dieron garrote. El gran critico Roger Ebert la desechó por onírica y sin sentido. En general, la crítica anotaba que era la película más mala del director.
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Si
esa es la más mala- gritó el flaco Bolaños- entonces las otras son
monumentales!!!
PD: Para los que
quieran profundizar en el mito de Resplandor, recomiendo los documentales “Room
237” y “Life in pictures” y la película “Color Me Kubrick” donde John Malkovich
interpreta a un suplantador del maestro.
PARA LEER EL CAPITULO 2 , VAYA A:
https://ventanadelcine.blogspot.com/2023/04/avioneto-y-su-corte-de-santa-librada.html
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