DE LA SERIE HISTORIAS DE SANTA LIBRADA .
CAPITULO 2
Viví una época abundante en apodos. A Arbeláez, el profe de filosofía le clavaron la chapa de “Avioneto”. Su caminado hacía recordar a esos aviones Fokker del cine mudo, que quieren aterrizar, pero no pueden. La corte la completaban “El loco” Giraldo de física, “Tribilín” González de historia y “El perro” Ramírez de matemáticas.
“Avioneto” tenía un rito de
iniciación: cada año elegía a dos estudiantes de once, para graduarlos de
alcohólicos. Ese año los elegidos fuimos “Chicle” Ramírez y yo. “Tribilín”
vivía en un cuarto que le habían asignado dentro del mismo colegio. Y su
soledad era tan aterradora que tenía como mascotas a una familia de ratones
grises.
Cuando lo querían excluir a
uno de la conversación, parlaban en latín porque les había tocado la vieja
guardia de la misa al estilo Alejandro Ordoñez. No recuerdo haber conocido a
borrachos más inteligentes, porque chupaban más que estropajo nuevo. Arrancaban a
media caña desde las 10 a.m. Al terminar la jornada, hacia el atardecer,
estaban listos para darle con toda.
“Avioneto” era socrático, el
hombre de la mayéutica. El fuerte de “Tribilín” era la revolución francesa. “El
loco”, intentaba jincho de la perra, explicarnos la velocidad de luz y “El
perro” se quejaba de que nadie le paraba bolas a la energía solar, que era el
futuro de la humanidad.
Nunca los escuché hablar de
las familias, ni sentirse orgullosos por los logros de algún primogénito. Ellos
vivían para la noche. Solían discutir que habría pasado si Gaitán hubiese
llegado a la presidencia de ésta “passum gentem” , como le llamaban a Colombia.
Pero lo suyo no era la ideología. Se burlaban de nosotros cuando hacíamos algún
bloqueo.
- - Déjense de güevonadas!- gritaba “El Perro”- ésta
mierda no se arregla con grafitis chimbos. Si van a pelear váyanse para la
guerrilla como el cura Camilo.
Le llamaban “iglesias” a las
cantinas que frecuentaban. Pero, eso sí, la catedral primada era Baco, el
mítico bar que quedaba sobre el puente de la calle quinta con trece. Hoy
ocupado por la “Topa Tolondra”.
Desde entonces me dediqué a
coleccionar a los borrachos tesos del cine. Desde “Lost Weekend” de Wilder
hasta “Factótum” inspirada en el gran Bukowski. Pasando por “Tallo de hierro” (una
rareza con Streep y Nicholson) , “Druk”, “Bird” y una centena de gargantas de
latas.
No me quejo, tuve profesores coherentes
con el conocimiento y con las malas costumbres.
PD: En aquel tiempo
gritábamos: Santa Librada combatiente! Hoy mañana y siempre!
PARA LEER EL CAPITULO 1, VAYA
A:
https://ventanadelcine.blogspot.com/2020/11/resplandor-de-kubrick-el-teatro-alameda.html
PARA LEER EL CAPITULO 3, VAYA A:
https://ventanadelcine.blogspot.com/2023/04/santa-librada-combatiente-y-el.html
5 comentarios:
Espectacular crónica, muy corta hay mucho q decir de uno de los colegios más antiguos del pais ojalá publique más!
Nelly Marin ex alumna
Hola Nelly : Gracias por escribir. Ahi va el enlace de capitulo 1 PARA LEER EL CAPITULO 1, VAYA A:
https://ventanadelcine.blogspot.com/2020/11/resplandor-de-kubrick-el-teatro-alameda.html
Y falta el capitulo tres.
Profesor de Álgebra y trigonometría,el Rey de los HUnos.....Adalberto Mazuera
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