Recostado en una
de las columnas del Hotel Nacional , viendo pasar mulatas, se encontraba el
hombre que ha dirigido “Brazil”, “El Barón Munchausen”, “Doce monos” más un largo etcétera de
locuras con la pandilla salvaje de Monty Python.
- -¿Maestro
cómo está su agenda?- le preguntamos en un inglés machetero aprendido en el Instituto
de Altos estudios de El Saladito
-
- Nunca
he tenido agenda, menos acá en Cuba.
Recordé a Gabo
cuando hablaba de la soledad de la fama. Usualmente, se cree que el famoso genio se encuentra
repleto de invitaciones. Pero resulta que nadie se atreve a invitarlo porque
todos creen lo mismo.
-
- Queremos
compartir con usted, Maestro. Que le gustaría hacer?
-
- Bailar
con una cubana
Al hablar lo
hace con una risita burlona, siempre listo a lanzar la carcajada, en caso
necesario. Parece un tic, pero más bien, refleja el alma de Terry Gilliam: un gocetas,
un hombre que se atrevió a hacer cine sin tener idea de que era eso, el que
desafió a un gran estudio de Hollywood burlándose en un aviso de página entera.
Gilliam presentando "Miedo y asco". Foto José Urbano |
II
Con un par de
llamadas ya estaban aseguradas las mulatas que le enseñarían a bailar a Mr.
Gilliam. “El Gato Tuerto” ubicado al frente del Hotel fue nuestra primera
parada. Full descarga de jazz y luego tremenda timba cubana. La grabadora más
pequeña del mercado era la mía y pesaba lo mismo que un bulto de cemento. Las
cuatro pilas Eveready, de las gordas, se devoraban un sueldo mínimo mensual.
Entre trago y trago,
bailaban las preguntas. Gilliam se burlaba. En el grupo, muy discreto, brillaba
un cubano que había estudiado en Londres. Se le había contratado por 20 dólares
para traducción simultánea durante la noche. Toda una fortuna de sueldo en
tiempos de Periodo Especial. Al cubano, culto como casi todos, le parecía un
honor que le pagaran por traducir a Gilliam y de remate que le invitaran la
rumba con NG La Banda.
III
Gilliam hablaba
de Bruce Willis, de Sean Connery , de Monty Python. Lo mejor venía cuando había
cambio de orquesta. Relativo silencio,
para preguntarle por El Quijote pues las primeras películas, llegando a “Doce monos” tienen a un personaje al
que tildan de loco pero que a la larga es un poeta, un irreverente.
-
- Siempre
me lo preguntan y quedé loco cuando lo leí por primera vez. Será mi próxima
película. Jean Rochefort será El Quijote. Vanessa Paradis, Dulcinea. Y Johnny
Deep Sancho Panza…
Así terminó la
noche para Mr. Gilliam y nos quedamos con NG la banda y la incógnita si el
Maestro nos había mamado gallo, de golpe era uno de sus gags británicos.
Mr. Gilliam listo a tirar paso. Foto: José Urbano |
IV
Ese diciembre
habanero fue uno de los más fríos. Con
un dedal de café a lo mero cubano, arrancó la sinopsis de la nueva versión del
personaje Cervantino: “La película inicia
en la actualidad y Johnny Deep es un publicista seductor y megalómano. Trabaja en una
agencia de un viejo millonario y cascarrabias que le advierte: si flirteas con
mi esposa eres hombre muerto. Deep cae en la tentación y el Jefe manda a sus
esbirros a atraparle. En un callejón sin salida, Deep encuentra un hueco y se
lanza al vacío. Ese hueco lo traslada en el tiempo al desierto de La Mancha.
Justo en ese momento El ingenioso Hidalgo se encuentra en busca de un escudero,
al ver a Deep con esa ropa estrafalaria (saco y corbata) , no duda en
nombrarlo. Deep le sigue la corriente pues no sabe dónde está. El encuentro con Dulcinea es clave porque
Deep le enseñará sus tácticas de seducción”
En la tarde
Gilliam nos invitó al estreno de “Miedo
y asco en Las Vegas”. Nuestro hombre distòpico aplaudía como un adolescente
cada vez que la gente se reía de las locuras de Johnny Deep y Benicio Del Toro en la pantalla.
Contó anécdotas divertidas: los dos actores cayeron enfermos por la cocaína,
aparentemente, inofensiva de los encargados de utilería y lanzó una de sus
frases patafísicas: “La droga falsa de
los efectos especiales puede ser perjudicial para la salud”
En la escuela de Cine. Foto: José Urbano |
V
La entrevista se
publicó en la Revista Kinetoscopio y no se mencionó el asunto de El Quijote
porque la cosa sonaba más a delirio que a proyecto concreto. O que Gilliam
estaba más bien pensando con el deseo. Nunca habló de guión terminado, ni de
tratamiento o cosa parecida.
Pero un día del
año 2000, los medios anunciaron a todo taco el rodaje de “El Hombre que mató a Don Quijote” con el elenco real anunciado en
la borrachera Habanera y con un presupuesto de 32 millones de dólares.
El fracaso de
este rodaje se puede ver de una manera descarnada en el documental “Lost in la Mancha” (2002. Keith Fulton,
Louis Pepe) . El hombre se fue a los tribunales a pelear con molinos de viento.
Y recuperó los derechos del guion.
Gilliam continuó
desfaciendo el entuerto y luego
anunció dos rodajes fallidos: en el 2006 con Robert Duvall y en el 2010 con
Jhon Hurt. Este año va el cuarto intento con lo que Terry se ha convertido él
mismo en el personaje que todos creen loco pero que, sabemos, es un poeta. Y “Lost in la Mancha” se convierte en un documental extraño: es un
proyecto donde primero se filmó el Making Of y luego la película.
1 comentario:
Inteligente nota. Normal que una revista reciba una colaboración y le quite o le ponga cosas sin autorización, para eso cree que paga, y siquiera su autor no demandó porque es muy noble e inteligente y hace notas como esta. Genial.
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