martes, 8 de octubre de 2024

Película “LA SUSTANCIA”: La señorita Jekyll y Doña Hyde

 

Estudiando en la escuela primaria, cayó a mis manos una versión ilustrada de “Piel de Zapa” la novela de Balzac. Cada vez que el protagonista tiene un deseo (cualquier deseo, no solo desear a la mujer del prójimo, podía desear un helado, por ejemplo) entonces la piel del animal que ha encontrado, se encoge y a él se le encoge la vida. Yo sufrí cada página para que ese pobre hombre no deseara tanto , porque se le iba acabando la existencia.

Ya después en un teatro Alameda disfruté “Cocoon” la historia de los veteranos que rejuvenecen y recuperan las rodillas, la vista y la potencia sexual veinteañera.

 II

Podría seguir enumerando referencias a las cuales me llevó el visionado de “La sustancia”, película que ganó el premio a mejor guion en el pasado Festival de Cannes. Referencias claras al Kubrick de “Resplandor “ , al Terry Gilliam de “Brazil”, al Wilde de “El retrato de Dorian Gray”, al Cronenberg de “La mosca”, al Zulawski de “Posesión”.

El diseño de producción es una locura: un apartacho loft, que es un laberinto hecho a imagen y semejanza del laberinto Kubrikiano, unos espacios blancuzcos que recuerdan al bar lácteo de “La naranja mecánica”. Primeros planos que recorren sin ambages toda la piel de las actrices, centímetro a centímetro. 

Los personajes habitan unos espacios que son como estudios de cine, donde todo queda cerca. Hay decorados anacrónicos, sin embargo, hay WhatsApp al uso. Un detalle interesante: los personajes masculinos son líderes, pero lideres tontos, ensimismados en un mundo de caricatura que ellos mismos han construido.

III

Ahora sí, vamos a la sustancia de la película “La sustancia”. En la sociedad del espectáculo, la mujer tiene fecha de caducidad. Una actriz tiene menos posibilidades de trabajo llegados los 40 años de edad. Y sucede en muchos ámbitos laborales. Las redes sociales lo que han hecho es incentivar la fuente de la eterna juventud. Meterle el freno al deterioro, la sociedad del filtro.

Y es ahí, donde la brillante directora Coralie Fargeat pasa derecho por la serie B, la serie Z , el body horror, la monstruosidad , para plantearnos el eterno femenino. “La sustancia” es una película de mujeres luchando con un entorno que las quiere cancelar.

“Después de los 50, se acaba” – le grita el idiota productor de televisión a la actriz que acaba de despedir. “Que es lo que se acaba?”- le refuta ella, pero el hombre de negocios se queda mudo.

También se me vino a la cabeza “Sunset Boulevard” , una de mis películas favoritas de todos los tiempos. En 1950, Billy Wilder realizaba una crítica radical a la vejez de una estrella de cine, apagada. Pero Coralie Fargeat, no se pone con sutilezas. Pasa por lo grotesco, los desnudos frontales y mete miles de espejos en todos los sets para decirnos que el cuerpo de la mujer , así se duplique, no es un botín de guerra.

PD: Uno de los encantos de la película es el casting. Demi Moore , la actriz veterana que busca la fuente de la eterna juventud y la bellísima Sarah Margaret Qualley ( hija de la leyenda Andie MacDowell )