En una década muy, muy lejana también se soñaba con realizar algún
tipo de audiovisual en el colegio. Pero el cine es un arte que se encuentra
ligado íntimamente a la tecnología. Sin
juguetes no hay cine. Es el arte del descreste. Por eso, en esa década lejana
era impensable para un muchacho de colegio realizar un filminuto. La cámara
BetaMovie aguantaba, el problema era el sonido y la edición. El sonido se disimulaba si ponías la lente
cerca a la cara del actor. Es decir, se grababa en primeros planos (“apréndale
a Bergman”- decían los mas cuchos). El otro truco consistía en decir todos los
textos en off. Entonces grababas las
reflexiones en un closet bien alejado del mundanal ruido. (“apréndale a Jairo Pinilla”-
aconsejaban otros). Sabido es que al gran Pinilla no le gustaban las voces de sus actores, entonces filmaba la escena pero
en vez de los diálogos, los actores parlaban “mil uno,
mil dos mil tres...” Luego
contrataba locutores de voces potentes que doblaban los diálogos reales. Y
editar? Por culpa de la edición, toda mi generación sufre de úlcera temprana.
El único libro de
cine que se conseguía era “El cine según Hitchcock” y eso
porque Tovar (el ricachón del salón) lo había traído de México en la famosa
edición de Alianza. La fotocopia del librito circulaba de mano en mano pero
provocaba otra úlcera: era imposible ver las películas que mencionaban Truffaut
y el Gordo. De pronto un cine club reponía “La Ventana Indiscreta” y
vale… vamos a leer como la hizo. Pero, salvo las famosas cinco películas que restauraron,
no había forma de videar más títulos Hitchcockianos. De manera que sólo
sabíamos que para el Gordo la fase más importante del proceso era el montaje. Allí
el hombre estaba en su salsa.
Nosotros juntamos dos Betamax para ir compaginando
escenas, Pero era imposible. El corte que dejaba el Betamax era un machetazo.
Un atentado al arte del découpage . Aquellos
cortos podían tener alguna idea interesante
que moría en el proceso.
DEL
GORDOMETRAJE AL CORTO
Hoy, la cosa ha cambiado radicalmente. Se puede realizar
un corto de mil formas: con teléfono, con cámara chiviada, con Tablet, con
cámara de vigilancia. Y se puede editar de otras mil formas: con software
chiviado, con el computador del colegio, en el mismo teléfono. Y el
sonido? Perfecto: un, dos, tres,
probando. Lo que hay que tener es una
historia que contar.
Y las referencias cinéfilas? Hay muchas, estos chicos ya
nacieron con Youtube. Pertenecen a una generación que, mientras salían del
vientre materno, se tomaban una selfie. Se miran todos los días en los miles de
espejos del mundo. Y eso quiere decir que su disposición para la imagen es
total. Pueden bajar en PDF “El cine según Hitchocock” y ver una
por una las películas del Gordo mientras leen cómo las filmó y editó. Ah y el
video juego….
He aquí la más reciente experiencia de corto llevada a
cabo en el Liceo Francés Paul Valéry de Cali. Nunca el futuro fue tan corto y
poco a poco nos acercamos a lo que será una gran muestra de video estudiantil.
Pueden ver a continuación el Making Of de los tres cortos
realizados con los chicos y chicas del grado Once. Salud!!
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