lunes, 26 de marzo de 2012

Película 180 segundos: mil metros sobre el nivel del Mal

Rueda de prensa en festiCartagena 2012
 Las películas avanzan como los trenes, ¿comprendes? , como los trenes en la noche.
Francois Truffaut
De niño me daba lata que todo lo bueno sucediera  lejos de  casa: los extraterrestres daban la cara en los países con nieve o en desiertos de nombre impronunciable, a Godzilla le quedaba más cerca Buenaventura pero por disposición editorial acuatizaba en el norte. Y así. Los asaltos, terremotos devastadores, huracanes, protestas de mujeres desnudas…La lejanía me mataba. Para nosotros nada más existía la aparición de la virgen, si mucho. Por eso nuestra formación literaria se inició de una manera, más bien local, con los legendarios titulares de “El Caleño”:
- “La mató porque no quería”
- “Farc 3, ejército 1”
-“Dele, dele, dele y mató al hijo en reversa”
- “A propietario de librería, le desfiguraron la carátula”
 Ahora, nuestros bandidos tienen quien los filme, nuestros asaltos se visibilizan. Quien dijo que el policiaco y el cine negro eran patrimonio exclusivo de la industria norteamericana?
Pero el asunto va más allá de torcidos y malevos. Un buen thriller se diferencia de una accioncita pasajera cuando los personajes tienen motivaciones contundentes al violar la ley. Es el camino de la perdición que va de Marlon Brando hasta esfumarse en Vin Diesel.
El espectador que solo se fijó en los matones de “Erase una vez en América” se perdió  la mitad. Porque el film de Sergio Leone es puro amor-desamor, lealtad-amistad.  Que es “El Padrino” sino el retrato  lúgubre de una familia emigrante?
Sucede que Cali, situada a menos de mil metros sobre el nivel del mal, es “una ciudad violenta e impredecible en seguridad” a decir del General Castañeda (1). Es decir,  uno tiene que estar mosca por donde quiera.
Desde “Cali: de Película” ( 1972), el sabroso mediometraje de Mayolo-Ospina, Cali ha sido mirada por los cineastas con amor y con odio . Con amargura y desmesura. Con encanto y con sangre. Es lo que Andrés Caicedo bautizó como “Calicalabozo” (2)
Luego vendrían “Pura Sangre”, “El Rey”, “Perro come Perro” y “180 segundos”.
Con la ópera prima de Alex Giraldo se cierra el círculo. Porque “180 segundos” es pura narración. Y fluye a pesar de los homenajes directos a Tarantino. Y digo “a pesar” porque los homenajes encubiertos o a flor de piel, corren el riesgo de distraer la fluidez del relato. “En la primera película- decía el sabio Francois Truffaut- el director joven se la juega toda, porque no sabe si habrá segunda oportunidad”.
En las óperas primas suele haber fuerza, homenajes, dedicatorias, planos antológicos, libido. De todo como en botica. Pero 180 segundos nunca se pierde. Va directo al asunto.
Giraldo enhebra. Sorprende desde los créditos iníciales. Y se abren múltiples interrogantes: Que tiene que ver esta línea argumental con esta otra? En cuál tiempo estamos? Y estos personajes donde encajan?
No sé porque los cinéfilos se emocionan tanto con las historias paralelas- dice un amigo lector empedernido- si la literatura las inventó hace siglos”.
Es cierto. Pero el cine es quien les ha sacado el jugo. Lo mismo podríamos decir de la elipsis. Existe desde que el primer chamán dijo “ A la mañana siguiente..” Pero fue el cine el que le dio la magia contundente, porque el espectador imagina lo que queda entre paréntesis.
Las historias paralelas que,nacieron de la mano de David Griffith, casi con el cine mismo, renacieron en 1995 con “Pulp Fiction”, ese raro collage que le valiera a Tarantino la Palma de Oro y la celebridad absoluta.
Porque el encanto de las historias paralelas radica en que el espectador queda automáticamente enganchado. La duda lo sumerge en la trama. De un buen guión dependerá que ese enganche inicial se eleve hasta el final. Y “180 segundos” lo logra sin recurrir al efectismo. Y hay menos sangre de la que se podría esperar.
No existe un autor contemporáneo que haya ejercido más influencia sobre los cachorros del nuevo siglo que Quentin Tarantino. Quizás porque sus personajes tienen una fuerza casi demoniaca y porque son películas corales. Es muy difícil ubicar a un protagonista absoluto. También en Tarantino están los personajes secundarios muy precisos, con apariciones contundentes.
En 180 segundos, los dos personajillos que llevan  las joyas son un tributo explícito a la pareja Travolta -Jackson de “Pulp Fiction”, no hay duda, pero ello no empaña el relato. Estas dos cuasi caricaturas caleñas son  las puntadas invisibles de una camiseta tubular. Y también están los diálogos anodinos de los que hiciera tanta gala Tarantino en “Reservoir Dogs” y en “True romance” . Y  hablan pendejadas. Como sucede con cualquier junta de personajillos en una esquina de barrio.
 Alex Giraldo da lo que promete: una historia en la cual 180 segundos se estiran como un caucho y nosotros nos encogemos en la butaca. Cuenta una historia fracturada, que exige  al espectador armar el montaje en la cabeza. La amistad, el desamor, la lealtad y la puñalada trapera. Todo ello en una película “como las de antes” donde los criminales darán el último golpe para jubilarse jovencitos.
……………………………..Notas:
(1)           El País , Marzo 18 de 2012 pág. A11
(2)                “Maldita sea, Cali es una ciudad que espera pero que lo abre la puerta a los desesperados”

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