Un recuento histórico al vuelo
nos recuerda que Cali ha sido tierra de pioneros. Aquí se filmó la primera
película de ficción, la primera anti-imperialista, la primera sonora. Son muchas primeras veces
para una ciudad que llegando a la década del sesenta aún no coronaba el millón
de habitantes.
El historiador curioso puede
mirar “El diario del Pacífico” y “El Ferrocarril” dos periódicos importantes
del Cali viejo y podrá constatar que acá se creaban cine clubes desde la
aparición misma del aparato llamado cinematógrafo.
¿Por qué los caleños se empecinan
en amar el cine? Pocas ciudades latinoamericanas se dan el lujo de contar con
tantos realizadores hechos, derechos y revelados.
Somos contemplativos por
naturaleza. Nos gusta mirar el atardecer, ese de la luz de las 5 de la tarde.
Nos gusta mirar a las mujeres caminando y el movimiento de las hojas al viento.
Somos un puerto sin mar. Y, quizás, el estar rodeados de ríos nos hizo ver la
vida en continuo movimiento. A 24 fotos por segundo.
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