VALEROSO DISCURSO DE RUBÉN MENDOZA PARA PRESENTAR EL
ESTRENO DE SU PELÍCULA "NIÑA ERRANTE" EN LA INAUGURACIÓN DEL FICCI
Transcripción completa:
A la vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez “... pensé que venía el señor Duque, pero ya
que está usted señora Ramírez, le pido que le diga que no siga el ejemplo de su
jefe que se ufanaba de no ir a cine...
Lo
que yo quiero hablarle es con todo respeto. Gritar entre muchos a una persona
es muy fácil. No soy quien para censurar pero preferiría que no se hiciera.
Pero sí le quería decir señora Ramírez que no importa si el cine no es un
negocio o una industria. El cine tiene que existir como una forma de expresión
y de pensamiento de una sociedad. Como existen los parques naturales, como
existe las agremiaciones, las fundaciones sociales. No importa que no sean
negocio. Es mi pensamiento.
Yo
escribí algo porque me va mejor así. Aquí estoy con gente que amo profundamente,
dos años después de haber terminado el rodaje nos amamos más, y es muy difícil
que cualquier cosa se atraviese sobre ese amor; pero ojalá que luego ustedes lo
que sientan con la película, lo confirme y puedan hacer su propio criterio. La
dictadura y la tiranía del pensamiento desde donde venga, por más progresista
que se finja, no vale la pena...”
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Buenas noches Cartagena dentro y fuera de la maqueta,
público del cine, gente de la comunidad cinematográfica, organizadora del
Festival, animal del aire, del mar, de la tierra y del subsuelo, pájaros,
lagartos, gente importante y políticos:
Rubén Mendoza, director de cine |
Un honor abrir este legendario Festival. Doy un saludo
y agradecimiento especial a las dos pasadas directoras artísticas del mismo,
Mónica Wagenberg, y Diana Bustamante, que lo llevaron a donde está. Saludo
también a Felipe Aljure y el equipo inmenso que armó, y deseo lo mejor para
esta versión y las que vengan, con él o después de él; el Festival por encima
de quién esté al frente. Ojalá sea una gran edición después de tanto ruido y
tanto peso.
Saludo con mucho amor a Tonina que hoy está de
cumpleaños: siempre el cine me tiene lejos el 6 de marzo. Y aprovecho para
saludar a su prima, Amalia, el amor de mi vida, encargada de suministrarme la
luz para hacer esta película y el resto, y que me revuelca el corazón con solo
pensarla durante sus cuatro años: nuestros corazones están conectados. Saludo a
mis padres y especialmente a mi papá; hace dos años presentaba la última
película de la que él pudo ver imágenes (cuando empecé a filmar en 2011, el
mismo año en que él murió, el documental Señorita María, la falda de la
montaña), y esta es de la última que tuvo noticia, pues alcancé a contarle la
idea. Saludo a mi amigo y hermano y alcahueta y productor desde hace 16 años de
mis trabajos Daniel García, saludo a mi equipo, o al equipo entero o al equipo
del que soy parte, o al equipo del que soy, al equipo que somos. Saludo muy
especialmente a Sofía Paz, Carolina, Camila y Lina, las hermanas medias en la película
y ahora enteras afuera de la pantalla, que pusieron la cara, el cuerpo, el
alma, el criterio, la voz, las gracias, el reclamo o el grito cuando lo
consideraron pertinente: todo dio curso al proceso.
Marta Lucía Ramírez, vice presidenta de Colombia |
Cuando hicimos esta película parecía que venía otro
país. Que ya podíamos concentrarnos en otras preguntas. Que la matazón como tal
con la que habíamos vivido desde que no teníamos memoria, al menos esa forma de
matarnos, estaba superada. Queríamos preguntarnos por ejemplo algunas de las
implicaciones de atravesar un país de machos siendo mujeres, y, por acción u
omisión, empezar a preguntarme de una manera más profunda y más formal, por el
género supuestamente opuesto, en donde tanto me he movido desde niño. Y
preguntar también por mi yo femenino, cultivado y vivo y vibrante felizmente en
mí. Somos seres simplemente y la lotería del género determina tantas cosas de
nuestra vida y nuestro destino. Así que como aprendiz, como siempre, durante 5
años estuve formulando preguntas: a familia, amigas, colaboradoras... un equipo
en altísimo porcentaje femenino, delante y detrás de cámara, no como una
especie de cuota de género sino porque para mis ojos y mi gusto, tantos de los
mejores en un oficio son artistas mujeres y tuve el privilegio de que aceptaran
acompañar Niña errante. Desde la directora de fotografía hasta las compositoras
de la música pasando por la montajista y los consultores y consultoras
batalladoras feministas en varias estancias de la película y en varios países.
Punkys activistas que conocen la calle y sus laberintos, el corazón y sus
misterios, los dolores y privilegios de su género. Así como a nivel espiritual
y muy profundamente algunas heroínas, y mártires unas tantas, del arte, parte
de la genética de esta película; entre muchas otras: Débora Arango, Sally Man,
Margaret Artwood, Diane Airbus, Liliana Cavani, Margarite Yourcenar, Virginia
Woolf, Doris Salcedo, Fanny Mendelssohn y muy especialmente Lucía Berlín,
indispensablemente la poeta anarquista Judith Malina, y maravillosa, inmensa y
brutalmente a la artista y fotógrafa suicida Francesca Woodman. Algunas
calcadas en la película en cuadros, frases, sonidos.
En esta película filmamos más de 18 ríos. Algo así como
12 quedaron en el montaje final. Árboles vigorosos y descomunales, la piel humana
como territorio, los gestos, los poros, los pelos, las muecas. Queríamos
celebrar, desde mi ingenuidad y hasta donde llegara, asistir a ese cambio de
poderes, al inicio del pago de la deuda con los brazos femeninos. A volver a un
orden de las cosas, al orden matriarcal. Mientras el hombre ha tenido en sus
manos el mando del mundo timoneado por la fuerza bruta, ha llenado todo
contexto de la vida con aplausos y nombres de hombres. Los museos, las guerras,
los honores. Y está cambiando, pese al evidente freno y retroceso recientes.
Estos últimos meses hemos visto cómo penetra de nuevo
la energía machuna en la vida de todo. Cuando nos ilusionábamos de los
contextos científicamente comprobados como más limpios cuando son dirigidos por
mujeres, los bajos índices de corrupción de las instituciones regidas por
mujeres, la prácticamente nula tendencia hacia la violencia en contextos
liderados por mujeres, vuelve toda la arbitrariedad del macho a moverse por
Colombia. Cuando nos ilusionábamos con la palabra de mujer por que la palabra
de hombre está desgastada, se nos promete en campaña que no se subirán los
impuestos para conquistar un cargo y a los tres meses sin ninguna explicación
esa palabra no importa y no solo nos cargan de impuestos sino se pone a liderar
la reforma a un hombre que se ha burlado de toda Colombia apoyado en el agua
sagrada.
Si se delata un Fiscal que habla de una manera tan cachaca y cuidadosa
en público, pero en las grabaciones secretas es una alcantarilla verbal y
moral, apurado por arreglar a los totazos expedientes untaditos de cianuro de
no se sabe qué mano, y no se le remueve o se presiona desde arriba para que se
largue.
Si las víctimas históricas de este desastre piden que
un nombre específico no se tenga en cuenta para manejar la Memoria del
conflicto de este país, se le nombra pasándoles de nuevo por encima, sin
explicación, sin peros, revictimizándolos, burlándolos. Si se vuelve a ignorar
como en las épocas de Armero y la represa El Sirpe, la peste verdadera que es
Hidroituango y la gente que tiene en vilo, y a la que han matado, y la que está
sentenciada de muerte por la naturaleza y la verdad oficial: las de los
fumigados con ESMAD. Gracias a Hidroituango y a otras circunstancias de abuso,
muchos de esos ríos que filmamos, solo a dos años de haber terminado de rodar,
ya son sus cadáveres, incluido el Cauca que sale de reojo en Niña errante.
Se vuelve a considerar que armar al hermano, armar al
vecino es sinónimo de seguridad, de poder convivir, sin medir que vuelve a ser
oficial la presión dentro de los hogares (para muchas mujeres, niños, miembros
de familia la mezcla hombre y arma es letal, cuando no hombre borracho y arma),
que vuelve cualquiera a poder poner la vida de otro en juego, por
animadversión, por sospecha, por capricho. Vuelven las balas a penetrar de
nuevo a esa hembra herida que es Colombia, extenuada de ser violada
históricamente por machos insensibles.
Se ve caer un líder como caen las moscas, y así
pasamos. Muchos más líderes sociales muertos en Colombia que los que han sumado
todas las revueltas en la reciente crisis de Venezuela. Y acá empeñados en
“ayudar” antes al pueblo venezolano antes que cumplir con la obligación del
Estado con nuestros niños vecinos hambrientos de La Guajira, antes que cuidar a
nuestros líderes, antes que sanar a nuestras mujeres: finalmente todos tenemos
un solo chance en esta vida, y el derecho de vivirla tan bien como podamos.
Hombres viejos que de centro poco y de democráticos menos, reabren el debate
del aborto, sin mujeres, el bizantino debate de la dosis mínima, la posibilidad
de volver a legalizar la caza deportiva (si es que eso existe)... por solo
nombrar algunas pestes. Un retroceso de 100 años.
Por lo tanto no sé qué tan bien las preguntas que
estaban planteadas en esta película puedan ser vigentes hoy. Una sola atraviesa
todo el proceso y todo el resultado: Amor. Amor al plantearla, al
desarrollarla, al escribirla, al consultarla, al buscarla, al rodarla, al montarla,
al terminarla.
Ríos de amor que aún hoy duran. Que dan para salvarnos
de las aguas podridas del odio y de otras fuerzas.
Yo no me bajo del sueño sin embargo y al cine vinimos a
soñar así sea con nuestras pesadillas.
Muchas gracias por venir hoy.
Ojalá
les hable al oído
con amor esta película.
Rubén Mendoza.
( Tomado del Facebook de Luis Ospina)
( Tomado del Facebook de Luis Ospina)
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