lunes, 8 de febrero de 2016

FUNNY GAMES (*) A LA CALEÑA



Robar en Cali es tan fácil que la última modalidad parece inventada por tontos. Cuatro amigos se unen y comienzan a recorrer las calles de un barrio (no aplica para Unidades Residenciales o condominios). Dos de ellos van armados, casi siempre con pistolas de juguete. Aclarando que existe en la ciudad un mercado de alquiler de armas tipo rent-a-car. No estamos hablando  del matoncito de favela, estos chicos son de clase media para arriba y roban para sentir la adrenalina, para vivir su propio reality o para invitar a la novia a un restaurante play.

Una variante es incluir en la banda a algún fulano con experiencia, que haya pagado cana en la correccional de menores. Escogen el barrio y comienzan a recorrerlo. Todos con cachucha o el clásico chaquetín con caperuza. Por lo menos tres llevan maletín de camping a la espalda. Los días preferidos son viernes y sábado en la noche. Saben que los caleños tienen la costumbre de tomarse un trago en la puerta de la casa, saben que el novio joven hace visita en la entrada. Allí se elige la presa y el momento. Una puerta abierta es signo de dinero.

Todo el mundo al suelo, boca abajo. Son bien hablados, piel bronceada y ropa de marca. Atrás quedó el cliché del parcero con pantalón de pretina caída. Atrás quedó el grito de gonorrea” de las películas de Víctor Gaviria. Se saben de memoria “Pulp Fiction”  y recitan como Tim Roth: “Un asalto no tiene porqué ser un evento desagradable”.

El cuento es que vienen por la droga. “No se preocupen, El Patrón nos ha enviado por  el atado y el dinero y nos vamos, a ustedes nada les pasará”.  La gente en el suelo se relaja y piensa que se equivocaron de casa, y que, al darse cuenta del error,  se marcharán con su cachucha a otra parte.

No les interesan los artefactos grandes. Se apoderan de lo más ligero: celulares, computadores portátiles, joyas y dinero en efectivo. Los ladrones van siempre tres pasos más adelante que los alcaldes. Muchas de estas banditas viajan a pie porque saben que la capacidad de reacción de la policía es nula. Por más que aumenten el pie de fuerza, por más que militaricen la ciudad, ellos saben que se mueve con mayor velocidad Sandra Bullock en “Gravity” que los patrulleros.

El  asaltado sale a tocar la puerta al vecino, a pedirle el favor que llame a un embeleco llamado “cuadrante” (línea de celular de emergencia ciudadana) . Al rato dos patrulleros justifican la demora: “Nos agarró el trancón, nos dieron mal la dirección

La tarea del policía es regañar al parroquiano. “Quién los manda a  dejar la puerta abierta, los novios deben hacer visita en la sala..

Finalmente te envían a registrar la denuncia. Entonces, como último recurso, el asaltado llega gritando con voz jadeante: “El dibujante, por favor, el dibujante

El comisario lo mira aterrado: “Dibujante para retrato hablado?..Uhmmm señor. No vea tanta televisión. Eso solo sucede en C.S.I, acá estamos en Colombia

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(*) Funny Games (1997) es una película austríaca rodada por el siempre genial Michael Haneke. Trata sobre una banda de apartamenteros que ingresa a una casa a robar pero, poco a poco, van aflorando las más diversas perversiones hacia los miembros de la familia asaltada.

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