Cuando me llamaron a presentar un programa de cine en el canal de TV, no tuve más remedio que revisar los casetes de VHS donde había grabado a Antonio Gasset Dubois para ver que se le podía aprender. Por supuesto, a tipos tan originales como él es poco lo que se puede imitar. Porque el maestro estaba dotado de ingenio y repentismo innatos. Probablemente, el hecho de ver mucho cine los puede mejorar pero esa semilla de la chispa viene desde el vientre o desde su célebre tío (el maestro Ortega y Gasset) . Es decir, ADN, marca de familia.
Antes de grabar yo
miraba algún programa. Lo escogía al azar. Por ejemplo, este bocadillo:
“Se estrena en España
<<Boogie Nights>> la biografía oficial y oficiosa del actor porno
John Holmes. A los más jovencitos debemos informarles que John Holmes no solo
fue famoso por sus 33 centímetros de ariete viril, sino porque, según su
biógrafo, se folló 1.200 mujeres en escena. Aclarando que se las folló en
escena porque no sabemos si llevaba trabajo para la casa”
En los años noventa
teníamos un combo y nos reuníamos a ver DIAS DE CINE. Como lo cambiaban tanto
de horario, alguno se comprometía a grabarlo y luego la cinta rodaba de mano en
mano. Era la cita infaltable semanal. Uno se podía perder el partido de la
selección Colombia, pero jamás DIAS DE CINE.
También tenía sus odios
con ciertos directores:
"Jeunet es el director
de ese engendro, película para algunos -estaban equivocados-, ladrillo para
otro -estábamos en lo cierto- que fue Amelie.“
Esperábamos con ansiedad
las pausas a comerciales. Allí había siempre una sorpresa:
"Vamos a una pausa
publicitaria, que será tan corta como el sueldo del presentador. “
En todo caso, Gasset
tenía el talento de combinar el estilo Hitchockiano de la presentación, adaptándolo a la crítica de cine. Fue una revolución porque la crítica de cine
en Televisión siempre ha sido rígida, monótona y predecible.
Una vez quise imitar al
gran Antonio Gasset con una entradilla que rezaba más o menos así:
“Este programa es
patrocinado por polvos Mexana , el único polvo que se echa con la mano… y no es
paja”. Pero me autocensuré. Los paisas, que
revisaban mi programa con lupa, nunca lo habrían dejado salir al aire.
Antonio murió el mismo
día que le celebrábamos los 70 años a Andrés Caicedo. Cuando se nos empiezan a
morir los héroes es hora de empezar a empacar.
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